Capítulo 28

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La joven bajó a la sala buscando alguna señal de su hermano y su inseparable amigo. Jugaba con fuego, sí, porque Derek era el mejor amigo de su hermano y mayor que ella, seguramente jamás se interesaría por una niña. Pero ella estaba fascinada con él, sus amigas por igual y eso le molestaba un poco porque en ocasiones mientras ella se moría por una mirada o alguna caricia, él la ignoraba y coqueteaba con sus amigas, como si ella fuera invisible.

Pero pronto ella había descubierto que cuando Adam no estaba cerca Derek la miraba, le sonreía e incluso le seguía el juego en sus, según ella, torpes provocaciones.

—Primero tengo que decirle a mi madre, después veremos...—Escuchó la voz de Derek proveniente de la puerta trasera. De inmediato su corazón se aceleró, tenía que estar tranquila o su intento de obtener la atención del chico fracasaría.

—Bueno, pero de verdad espero que te decidas —Adam también habló mientras ella los veía entrar abrazados y fingiendo que se golpeaban el abdomen.

Rápidamente se sentó en el sofá y cruzó las piernas causando que mostrara más piel de la necesaria, y es que había comenzado a llevar faldas cortas mientras Derek estaba presente.

—Hola —saludó con una sonrisa triunfante al ver la mirada de Derek sobre ella. Él tenía 20 años, ella 15 y llevaba más de año y medio queriendo captar su atención y ser alguien en su vida, desde que había descubierto lo que era la atracción.

Mientras ella se sentía feliz ante su triunfo, Adam parecía querer sacarla de ahí y encerrarla en una torre bajo mil candados.

—Ronnie, sube a hacer tus tareas, Derek y yo ya nos vamos —mencionó Adam apretando la mandíbula. De inmediato su amigo apartó la vista que las bonitas y jóvenes piernas que tenía en frente.

—Papá te está buscando, me pidió avisarte en cuanto te viera —dijo enderezando las piernas y alisándose la falda.

—Iré en cuanto despida a Derek —dijo Adam mirando a su amigo él de pronto estaba muy serio.

—Mamá dijo que podía quedarse a comer —le recordó su hermana. —¿Tienes hambre Derek?

Preguntó jugando con el doble sentido de las palabras tal cómo había practicado. El aludido la miró sin responder, sólo sonrió amablemente.

—Seguro que no querrás dejar a tu madre sola ¿no es verdad? —Adam interrogó.

—Me encontré a Elena cuando venía del colegio, dijo que pasaría la tarde fuera —Adam estaba desesperado ante las soluciones de su hermana.

—Iré a ver a papá, te veo luego Derek —dijo mirándolo con advertencia.

—Te voy a esperar —dijo el menor señalando un sofá lejano a Ronnie —Tengo que decirte algo importante.

Adam asintió y miró a su hermana, no podían negarle nada, ni su padre ni él, pero protegerla era su prioridad.

—Será mejor que subas a cambiarte hermanita. —sugirió calmado.

—Primero quiero comer, me muero de hambre —Ronnie sonrió, Adam gruñó, pero no le quedó más remedio que finalizar la discusión. Entonces fue en busca de su padre.

—Te saludé hace un rato —le recordó la chica en cuanto estuvieron solos. Derek levantó la vista mirándola a la cara.

—Hola —dijo despacio. Ronnie se levantó estirando sus largas piernas. Derek observó la pequeña figura, ella lo notó y caminó haciendo que sus caderas se movieran sensualmente.

—¿Te gustan las albóndigas Derek? —preguntó poniendo los brazos sobre su cintura y mirándolo, él no apartaba la vista de ella... De su cuerpo.

《Mía》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora