XXIII.- Nunca he dejado de amarte

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Sunggyu abrió lentamente los ojos exaltandose al no reconocer el lugar en donde estaba, el aroma de las sábanas le era familiar pero no lo sificiente para saber de quien se trataba.

Se percató de que no estaba sólo cuando alcanzó a escuchar que alguien hablaba en el salón cerca de la habitación calmandose cuando logró reconocer con quien estaba

Woohyun

Recordó de golpe lo sucedido haciendo que su estómago se revolviera,  soltando un suspiro por la forma en la que lo había defendido.
Se concentró mejor en lo que estaba escuchando cuando en medio de la platica lo nombraron

-No lo se Dongwoo esta situación con Sunggyu me va a volver loco. Necesito saber que está pasando realmente porque aunque suene extraño siento que tengo algo que ver.

Woohyun estaba sentado en un costado del sofá con las manos entrelazadas en su nuca y los codos apoyados en las rodillas.

-Quizás Hoya pueda decirte algo, después todo Sungyeol es su hermano.- Dongwoo intentaba darle alternativas al verlo realmente frustrado por lo que vio en el departamento de su Hyung.

Hoya

Ese nombre resono en la cabeza de Sunggyu sabía que lo había escuchado alguna vez pero estaba tan perdido en ese momento que le era imposible pensar adecuadamente.

Se quedó en cama un poco más sólo pensando hasta que alcanzó escuchar que las personas ahí se despedían. Se quito las cobijas de encima para notar que traía pijama puesta que por supuesto no era suya sin mencionar tambien la ropa interior que llevaba haciendo que su rostro se tiñiera de rojo al caer en la respuesta obvia y lamentándose un minuto más tarde por haber estado casi desmayado para no poder disfrutar de aquello pues sentir las manos de Woohyun recorrer su cuerpo siempre era una forma más de ir al infierno y y tocar el cielo al mismo tiempo llegando a sentirse un poco caliente por sus pensamientos nada sanos e incluso impropios debido a la situación aunque en ese momento está por quedarse a solas con Nam... ¿Sería una oportunidad?

Se levantó en silencio moviéndose a paso lento hasta quedar detrás de Woohyun un poco alejado mientras este se recargaba en el marco de la puerta viendo el taxi en el que iba su amigo alejarse para después girarse lentamente  cerrando la puerta soltando un grito ahogado poco masculino al ver a Sunggyu ahí parado.

-Por Dios Sunggyu, no hagas eso ¿Me quieres matar de un infarto?, no estoy acostumbrado a estar con gente en casa así que no andes como fantasma por ahí, acaso no te deje dormido.- Woohyun parecía una madre molesta cuando el pequeño se levanta sin permiso de la cama a lo que Sunggyu sólo respondió con un adorable puchero despertando de pronto el lado maternal de Woohyun abrazandolo y acariciando su espalda como tratando de calamarlo. Sólo el le provoca esas reacciones tan cursis desde el primer día que lo conoció, suspirando ante aquello.
Estaba enamorado eso lo sabía de sobra, quería volver a esos tiempos en los que juraba que jamás lo dejaría para poder aferrase a el y protegerlo. Lo amaba de forma irremediable.

Woohyun estaba tan perdido en sus pensamientos que se sobresalto un poco al sentir los brazos del mayor rodear su cintura, ocultando la cabeza en su cuello y rozando con sus labios traviesos ese lugar algo que lo derretia totalmente.

-Woohyun... esta ropa.. bueno tu sabes- esas palabras hicieron que el menor se sonrojara un poco al recordar la suavidad de su piel entre los dedos mientras lo vestía siendo egoísta cuando beso algunas partes intentando por lo sano contenerse lo sificiente.

-No pienso dejar que nadie más te toque por si tenías esa duda.- sintió como Sunggyu sonreía sobre la piel de su cuello aún culpandose internamente por estar sintiendo como todo en su interior se enardecia con tan solo eso y era que si le sumaba las imágenes del mayor desnudo ante sus ojos definitivamente no le ayudaba en nada.

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