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No carajo, así no era.
Me removí un poco en el sofá y empecé a picar nuevamente los botones del control de Xbox.
Mis piernas estaban cruzadas, dejando un hueco donde Jason estaba sentado jugando con su mordedora, mi pelo en una coleta y mi pequeño y yo en pijama.
Eran las siete de la tarde en un sábado, no había nada más cómodo que eso.
La puerta se abrió dejándome ver a mi hermoso novio con su secretaria. Ambos entraron, Justin raía unos papeles y su secretaría traía otro montón.
-Hola –Dije, y me ignoraron-.
-¿Podrías llevar a Jason a dormir? –Justin hablo, pero no me miro-.
-No te está haciendo nada, sólo quiere que le des un beso.
-No puedo –Continúo buscando quien sabe que en los papeles- ve a dormirlo o llévalo a hacer no sé qué, tengo trabajo y no tengo tiempo.
Me levante con Jason del sofá y cerré de un fuerte golpe la puerta de la habitación de mi bebé.
*
En toda la semana Justin se la pasaba gruñendo o enojado.
Cuando Justin pasaba la puerta de la entrada, Jason me miraba y lo llevaba a dormir a su habitación y yo me arreglaba para ir a la cama.
Mi pequeño estaba traumado por los gritos y miradas de su padre.
En la semana habíamos discutido más de dos veces, eso nos afectaba a nosotros y más a mi pequeño Jason.
-¡Cállalo maldita sea! –Justin se dignó a mirarme por primera vez desde que había llegado del trabajo- ¿¡Qué no puedes hacer eso!?
-¡Pues si tan solo le tomarás un poco de atención, no estaría así!
-¡Ese mocoso debe aprender a comportarse!
¿Mocoso? ¿Le dijo mocoso? ¡Oh no! A mi pequeño nadie le llama así, ni mucho menos su padre.
Me acerque a Justin y le pegué un fuerte golpe en la mejilla, él solo abrió un poco la boca intentando decir algo, pero no dijo nada.
-¡En tu vida, vuelvas a llamar así a nuestro hijo! –Jason se apegó más a mí- No me importa qué carajo te sucedió en el trabajo para que llegues así, aquí no somos empleados Justin ¿Me escuchaste?
Me giré y entre al cuarto de mi pequeño rubio, quien tenía sus ojitos rojos y mocos en su nariz de tanto llorar.
Quite su pantalón de mezclilla y después su pequeña camisa de cuadros roja, permitiéndome ver su estómago con pequeñas manchas rojas, eran demasiadas manchas rojas del tamaño de un piquete de hormiga.
Toqué una y mi bebé soltó un gemido de dolor.
-Justin –Llame a su padre- ¡Justin!
Sus ojos mieles estaban mirándome a mí y luego a Jason. Se acercó y miro al pequeño quien tenía una mueca de dolor.
Su padre toco su frente y después su estómago, haciéndolo llorar, de inmediato lo cargo y salió de la habitación con él.
-¡Trae su maleta!
Tomé la maleta azul de Jason y un mameluco blanco y salí corriendo hacia donde se dirigía Justin.
*
-¿Padres de Jason Bieber?
Su padre de inmediato se levantó.
-¿Cómo está? –Preguntamos los dos.
-Tenía fiebre, es normal que tengan fiebre y le salgan granitos por esta misma, no deben de preocuparse, el pequeño Jason estará bien.
-¿Podemos verlo?
Justin por primera vez quería verlo. ¡Wau!
-Claro, adelante.
Mi pequeño estaba dormido en los brazos de una enfermera, sonreí al verlo con su pañal. Una cosa tierna.
La enferma sonrió y me lo dio, sonreí y acaricie su rostro.
Hola chicas ¿Cómo han estado? Bueno acá esta un capítulo, se que es corto, peror hoy subiré mi diario, sólo que necesito una portada y no se como editar:( Matenme.
Bueno mi diario no se llamará, por el momento le pondré "El diario de las pato-aventuras" , es mentira, denme títulos para mi diario y las amaré.
Besos y abrazos, comenten y voten guapas:*
