Capítulo 18

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Moví mi cabeza para salir del trance en el que había entrado.

¡Carajo! Odiaba que me sucediera eso y más con él.

-Hola –Dijo él.

-Hola –Sonreí-. Venía a-a, hum… ¿Cómo estás?

-Bien –Sonrió, dejándome claro que él sabía perfectamente que estaba nerviosa-. Necesitamos hablar.

-Lo estamos haciendo.

-Nunca me gusto que hagas eso.

-¿Hacer qué?

-No empecemos.

¡Rayos!

Caminé junto a Justin, tomando de la mano a Jason hacia unas bancas cerca de los juegos para niños. Me senté alejada de Justin y mi pequeño hijo salió corriendo hacia los resbaladeros.

-Habla.

-Miller nunca nos casamos –Asentí. ¿Ahora era Miller? Maldito-, y tuvimos un hijo –Volví a repetir un “sí” con mi cabeza-, quiero a mi hijo junto a mí.

-Tienes a tu hijo junto a ti –Dije.

-No de esa manera Miller, tenerlo junto a mí, despertar y verlo dormir en su cuarto, que cuando llegué del trabajo sea quien me reciba con un dibujo o su sonrisa.

-¿Quieres que Jason viva junto a ti? –El asintió- No, no, es imposible, no, es mi bebé.

-Quiero que este conmigo.

Me levanté de la banca y comencé a caminar.

-¡Ambos sabemos que tú no puedes darle lo que necesita! –Me grito aun sentado en la banca.

Le hice una seña a Marie para que cuidara a Jason, a lo que ella corrió hasta donde estaba él. Mire al rubio que me había gritado, el entendió y comenzó a caminar junto a mí.

Justin POV´

Miller llego a la parte más alejada de donde estaba mi hijo. Es significaba que pelearíamos.

Mierda. Mierda. Mierda.

-Jason regresará conmigo a Nueva York.

Lo dijo con los brazos cruzados mirando hacia otro lado.

No, ella no se iría, yo no lo permitiría.

-No –Afirme-. Él se quedará conmigo.

-¡Caray! –Grito- ¡No Bieber! ¡No se quedará contigo! ¿¡Para qué!? ¡Él necesitará de su madre más que de su padre!

-¡Es por eso que me casaré! ¡Es por eso que quiero a Jason conmigo y su nueva familia!

Ella guardo silencio por un largo rato. No decía ni su cara mostraba nada.

Sus ojos decían algo que no podría descifrar, esa mirada desde que la conocí nunca la había visto.

¿Estaba enojada? No, no lo estaba esa no era la cara de enojada. ¿Triste? Puede ser, pero su cara tampoco lo era. ¿Enojada y triste? Tal vez.

-¿Le quitarás a su madre para darle una madrastra? –Me miro-. Que idiota Bieber.

Se dio la vuelta y comenzó a caminar, la tome, impidiéndole seguir caminando.

-Miller, sabes perfectamente que cuando quiero una cosa la obtengo ¿No?

Sonrió, esa sonrisa cínica que te hace temblar.

-La cuestión es Bieber, que mi hijo, no es una cosa.

Se zafó de mi agarré y camino.

Se veía tan bien en ese conjunto. Siempre se veía bien.

Mil veces mierda.

Mi mala apuesta 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora