Septima parte: "Demonios"

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Cuando los días son fríos,
y las cartas están marcadas (dobladas),
y los santos que vemos
están todos hechos de oro.

Estático. Me hallaba sentado en aquel sillón testigo de múltiples asesinos y violaciones. Fijó mi vista en el estéreo que se encontraba en una mesa redonda y rústica. A pesar de que mató a gente por diversión y me consideran un "desalmado" me llenaba de satisfacción de comprar cosas con mi propio esfuerzo y dedicación. Mi trabajo no era el mejor o el peor de todos los trabajos que existan, pero algo es algo y así soy feliz. La canción que estaba en aquel estéreo, era profunda y motivadora, una canción que encajaba en mi patética vida.

Cuando todos tus sueños fallan,
y los que aclamamos
son los peores de todos,
y la sangre se ha secado.

Alcé mi vista al techo noto como el techo quisiera descender hacia mi, como si me estuviera dando mi lección por todos mis pecados. Cierro mis ojos y me dejo llevar por la canción.

Quiero esconder la verdad,
quiero protegerte (shelter=refugio)
pero con la bestia dentro,
no hay ningún lugar en el que podamos escondernos.

-Mamá.- la voz de un dulce niño rompió el silencio de aquella habitación oscura donde se hallaban.

-¿Sí, Levi?.- Sonó quebradiza aquella voz dulce que Levi amaba oír.

-¿Por que estamos aquí?.- él era inocente y puro, él no entendía en qué situación se hallaban. Pero aún así se mantenía fuerte.

-Mamá hizo cosas malas.- seguía con los ojos cerrados, de estos salían pequeñas lágrimas saladas. Levi odiaba ver a su mamá llorar y más si no encontraba el sentido de la situación.

-¿Te metiste con el tipo equivocado?.- fría, su voz sonaba fría y sin ningún sentimiento. Fue como si un robot hubiera hablado.

-Sí, me metí con el esposo de una famosa narcofricante.- Por fin abrió sus ojos, estos se hallaban húmedos y sin vida aparente.

Tenía miedo, sus extremidades no respondían, me encontraba frío a la situación, creo que desde ese día perdí la poca inocencia que conservaba. Tan solo con seis años de edad me di cuenta de lo mierda y dura que es la vida. La vida siempre te pondrá límites y tu ya sabrás cómo manejarlos, pero su mamá, sobrepaso el límite accedido y estaba envueltos en un lío gordo.

La esposa de aquel hombre importante que se revolcó con su madre, quería venganza ya que según ella su madre lo había chantajeado para que tuviera relaciones sexuales con ella. Cuando la verdad es otra, aquel hombre respetado y lleno de dinero pasaba sus tiempos libres en prostíbulos queriendo saciar su hombría, ya que su esposa no lo complacía completamente.

-Mira a quien tenemos aquí.- Aquella rubia refinaba miraba con superioridad y asco a la madre de Levi.- La rata de alcantarilla tiene crías.

Me dio rabia escuchar esas palabras "la rata de alcantarilla tiene crías" no me importaba si me consideraba una rata, una escoria, bastardo o lo que ella se le plantará decirme. Pero decirle a mi madre, ¿rata? Eso sobrepasaba mis límites.

-Escúcheme, vieja bruja. Mi mamá no gastaría el tiempo seduciendo a un hombrecillo rico que lo único que quiere es un hoyo para depositar su verga solitaria. Ese hombre le suplicó varias veces a mi mamá de practicar el coito.- Coraje y rabia transmitían mis palabras, cada una era lanzada con veneno. Mi educación ya no existía y algo de mi discurso tenía obsenidades.

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