Parte IV

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—Nena, ¿Sabes dónde está el casco?—preguntó Justin asomándose por el pasillo y sonrió al ver a Bernardo y a Rosa en el comedor. No se había dado cuenta de que habían venido de visita. –Buenos días—saludó.

—Buenos días cariño—sonrió Rosa. –Tu casco lo tiene la princesa—dijo y Justin rio al ver a Vale con su casco puesto mientras se aferraba al cuello de su chica que servía jugo de naranja.

—Justin—dijo Bernardo y ambos estrecharon las manos antes de quitarle el casco a su princesa. Se veía graciosa con su caso, pero debía irse. Necesitaba llegar temprano, Wallace le daría las instrucciones de su nuevo trabajo y el consejero de bomberos vendrá a hacerle unas preguntas.

—Gracias princesa—sonrió Justin cargando a Vale que rio tratando de coger el casco de nuevo. Le encantaba ponérselo aunque le tapara toda la cara.

—Buenos días amor—sonrió Estela besando levemente sus labios antes de darle una taza de café. Sabía que iba a necesitarla. –Papá quiso pasar a verte antes de irte, le he contado la noticia de tu nuevo puesto de trabajo—sonrió y Justin asintió.

—Me da gusto por ti Justin—sonrió Bernardo y este asintió. –Aunque ya me contó mi niña que no pasaras mucho tiempo aquí—dijo y este suspiró. Sabía que eso no iba a gustarle a su suegro.

—Sí, pero hablaremos de eso luego—le dijo Estela y Justin asintió. Lo mejor era hablarlo después, debía irse a trabajar.

—Debo irme—dijo Justin besando la cabeza de su princesa antes de quitarle el casco. –Te amo—dijo besándole los labios a su chica antes de coger las llaves y salir del departamento luego de haberse despedido de todos. Tenía prisa, debía llegar temprano.

—¿Todo está bien?—le preguntó Rosa y esta asintió con una sonrisa negando. Se había quedado con la boca abierta al ver que Justin se había ido sin esperar una respuesta de su parte. De seguro tenía prisa.

—Si, solo está de prisa—contesto dándole a Vale su biberón antes de soltarla en el piso. –Hoy su jefe le explicara su nuevo puesto y el consejero del departamento quiere hacerle unas preguntas—dijo acariciándose la pancita mientras le daba un sorbo a su jugo.

—No te escuchas muy contenta cielo—dijo Bernardo con preocupación. No quería que estuviera preocupada por algo. Él como encargado de ella o mejor dicho como su papá porque es así cómo se consideraba quería que su princesa tuviera un embarazo saludable, tranquilo y sin problemas.

—Lo estoy papá, solo que no me agrada la idea de que no tenga horario fijo—suspiró viendo a sus padres porque ella los consideraba eso, sus padres. Desde el principio cuando Bernardo la atendió aquella vez en el hospital acompañada de un oficial, sintió un gran afecto hacia él cuando se ofreció a cuidarla. Desde ahí, Bernardo se hizo cargo de ella. No por obligación, sino porque la quería. –Siempre ha sido su sueño ser teniente de la estación y estoy feliz por él, de verdad lo estoy, pero eso significa que no tendrá tiempo para nosotras—dijo haciendo que ambos asintieran. Entendían perfectamente la situación. –Por ahora puedo adaptarme a él, Dan cuidará de Valentina todo lo que pueda y yo seguiré estudiando y al hospital, pero dentro de dos semanas mi horario cambiara y no sabré que hacer—suspiró.

—Sabes que puedes contar conmigo cielo, puedo venir a cuidar a Vale y tener todo en orden aquí mientras estudias—se ofreció Rosa y esta asintió.

—Lo se mamá, gracias—dijo dándole un abrazo haciendo que Rosa acariciara su pancita. –Realmente voy a necesitar ayuda—rio y Bernardo la miró.

—Aquí nos tienes princesa—sonrió y Estela asintió. Agradecía contar con el apoyo de ambos. Era cierto que iba a necesitar ayuda dentro de dos semanas. Su horario iba a cambiar y no contaba con que Justin estaría de teniente de la estación. Necesitaría alguien que cuidara a Valentina por lo menos después de la cinco de la tarde en lo que salía de la universidad a las 8 de la noche. Alguien que fuera a buscarla porque Justin le tenía prohibido manejar. No es como si ella quisiera hacerlo, con el embarazo tenía más miedo a la hora de manejar así que prefirió aceptar la orden de Justin de no usar el auto a menos que fuera realmente una emergencia. Mientras, su auto se quedaría perfectamente guardado en el garaje del edificio. Aunque había veces que Justin lo usaba, era más practico que su motocicleta, algo que a Estela no le gustaba para nada. Odiaba las motocicletas. También necesitará alguien que la ayude en la casa y le haga la compra. Con su cambio de horario no tendrá tiempo para limpiar, cocinar e ir de comprar al supermercado.

Turn Me On Again {Extended Version-Justin Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora