Turn Me On Again {Extended Version-Justin Bieber}

Parte VII

—Veo que ya estas mejor—sonrió Bernardo al ver a Estela entrar a su oficina con el uniforme de enfermera puesto. Eso solo significa que ya volvía a incorporarse a las prácticas en el hospital, algo muy bueno.

—Sí, me siento mucho mejor—sonrió Estela viéndolo y este sonrió. podía ver en su rostro que estaba mejor, ya no estaba pálida como hace días ni se le veía cansada o estresada. Todo gracias a los días de reposo que tuvo. –En una hora es la cita—murmuró y Bernardo asintió con una sonrisa. Hoy por fin sabrían que estaba esperando, si sería una niña o un niño y eso tenía a Estela muy nerviosa. Siempre que iba a ver a su bebé se ponía nerviosa, tenía miedo que algo estuviera mal con su bebé. Luego de haber estado días de reposo por su bajo peso y de azúcar, esperaba que su bebé estuviera bien. Era lo único que le importaba, le daba igual si era niño o niña. –Estoy nerviosa papá—dijo y este sonrió de ternura abrazándola.

—Todo va a salir bien pequeña—dijo y Estela asintió. Confiaba en que todo saliera bien, era lo único que le importaba. –Ya verás que él bebé está bien y que será todo un campeón—dijo haciéndola reír negando. –Bueno, ruego porque sea un campeón sino Rosa me pondrá a limpiar—dijo y esta rio. Ambos habían hecho una apuesta, Rosa quería una princesa mientras que Bernardo quería un campeón y quien perdiera debía limpiar y cocinar por una semana. –Y bien sabes que odio limpiar cielo, soy terrible cocinando también—dijo y esta asintió con una sonrisa.

—Me moriré de hambre si cocinas papi—murmuró y Bernardo la miró mal haciéndola reír. –Pero prometo ayudarte si pierdes—añadió y Bernardo asintió con una sonrisa. Sabía que ella iba ayudarlo a cocinar porque era terrible con la cocina. Desde que ella había vuelto a vivir con ellos la casa se sentía más viva y llena de felicidad. Amaba llegar a su casa y ver los juguetes en el piso de Vale, las risas y las voces de su esposa y la pequeña. También amaba ver el rostro de Estela cuando Justin llegaba temprano y todos se reunían a ver una película. Sin duda amaba tener devuelta a su Estela en la casa.

—Por cierto, ¿Justin vendrá?— preguntó y Estela negó en un suspiró. Justin le había dicho que estaría con ella, pero justo cuando entraba a su turno en el hospital se encontró con Gabriela, paramédico de la estación donde Justin trabajaba y le dijo que la estación había tenido una llamada de emergencia por un accidente de un camión y varios autos. Eso solo significaba que Justin no podría ir y aunque se entristecía que él no estuviera ahí con ella, entendía que era su trabajo. Ella hubiera hecho lo mismo, eran vidas que debía salvar y ella lo apoyaba. Aún quedaban muchas ecografías que estaba segura que Justin irá con ella, así que no debía sentirse mal. Justin no iría a ver a su bebé porque estaba salvando vidas y eso a Estela la llenaba de orgullo.

—Gabriela, la esposa de Matt me dijo que llevan toda la mañana en una llamada, al parecer hubo un accidente de autos y un camión de gasolina—dijo y Bernardo asintió. Sabía que por más que tratara, Justin no iba a llegar.

—No te preocupes, no estarás sola—dijo y Estela asintió con una sonrisa. Sabía que Rosa y su princesa estarían con ella. –Eso sí, en cuanto lo sepas ven a decírmelo, no importa si estoy con un paciente ¿De acuerdo?—preguntó y esta asintió riendo. –Ahora ve, y dale un beso a la princesa—dijo y esta asintió besando su mejilla antes de salir de su consultorio. Saludó a varias de sus compañeras y se acercó a la sala de espera en maternidad.

—¡Bonita!—gritó Valentina al verla y Estela sonrió cargándola antes de sentarse al lado de Rosa. –Bonita mía—rio abrazándola y Estela besó su frente.

—Es increíble como solo pasaron diez minutos desde que te fuiste—dijo Rosa y Estela rio arreglándole las coletas que le había hecho a su princesa. Se veía adorable con su vestidito verde claro y sus zapatillas blancas. Sin duda se parecía a la hada Tinker Bell con sus coletitas y su vestidito.