—¿¡Qué!? —Chilló Valery aventando mi celular ¿Acaso no tenía ida de cuánto costaba un IPhone? — No Justin… yo vine para ir al Club no para ir a ver tu novia fugitiva.
—¡Mejor calla tu boca Valery! —Recriminó Robert.—¿En qué aereopuerto se va? — Le pregunté a Alfredo. El dudo algunos segundos pero después me dijo. Mandé a Dustin, el conductor, que fuéramos hacia allá la mirada enojada y molesta de Valery me empezaba a chocar.
—¿Podrían acelerar a esta cosa? —Exigí. Dustin me miró mal desde el retrovisor.
—Ni te quejes Justin — Regañó Alfredo. — Tú tienes la culpa, Christian me ha dicho lo que le dijiste a ____.
— ¿Qué le dijo? — Quiso saber Robert. Desvié mi mirada. Lo sé, soy un idiota.
—Nada… sólo le dijo que “Halla está la puerta eres libre de irte” — Los chicos me lanzaron una mirada molesta. Negué arrepentido por mis palabras.
—Pues yo no le veo lo malo Justin — Habló Valery, ya me estaba empezando a hartar esta chica — Si ella se quiere ir… déjenla no le vamos a rogar.
—Valery… — murmuró Alfredo entre dientes — ¿Podrías mantener tu boquita cerrada, cielo? A veces Hartas.
—¡Justin! —Chilló. Me burlé en silencio.
—¿!Enserio no puede ir esto más rápido!? — Grité desesperado. El aereopuerto no quedaba lejos, los autos no avanzaban no quería llegar tarde.
—Justin tranquilo… ahorita llegamos… — Me animó Robert.
—¿A qué horas parte su avión?
—En quince minutos o eso me dijo Christian.
¿Christian? ¿Christian Beadles? ¡Mierda! Se supone que es mi amigo ¿Por qué nadie me dijo nada?
— ¡Me harté! Voy por mi cuenta… — Abrí la puerta de la camioneta, los autos estaban formados en filas. No me importaba que alguien me reconociera, solo quería llegar con ella, no demasiado tarde.
CONTINUARÁ...