Capitulo 4.

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Llegué a casa y lo primero que hice fue hacerme un moño, dejar salir el agua caliente en la bañera, poner velas aromáticas y un poco de música relajante.
Estaba muy cansada.
Me desvestí y apagué la luz amarilla y fea del baño y la cambié por una lámpara redonda que desprendía luz de colores distintos.
Me metí al agua y me tumbé. Me quedé ahí por un rato, no sé cuánto exactamente porque perdí la noción del tiempo.

Me vinieron recuerdos a la mente de los estudios, tenía que estudiar muchísimo si quería ir al viaje de estudios a California, sería 1 semana con los compañeros de clase que superasen el examen final. Mierda, no quedaba mucho, al rededor de un mes y semanas creo.

Después de estar pensando un buen rato en mis cosas salí de la bañera con una toalla envuelta al rededor del cuerpo y me solté el moño después de ponerme el pijama.

-¡Cariño, baja a poner la mesa! -Escuché gritar a mi madre desde la cocina.

-¡Ya voy! -Respondí a mi madre.

Bajé a la cocina y me encontré a mi padre ya cenando y a mi madre echando la comida en los platos.

-¿No nos esperas? -Pregunté.

-Siéntate, tenemos que hablar cariño. -Oh no, esto nunca es buena señal.

-¿Sobre qué? -Pregunté sentándome en ls silla más cercana a él.

-Me han llamado de Los Ángeles para ofrecerme un nuevo trabajo allí. Me han comentado que un señor necesita un abogado y que el mejor para ese caso sería yo.

-¿Y con todo esto quieres decirme que...?

-Me iré a Los Ángeles por un tiempo, no sé exactamente cuanto pero intentaré volver lo antes posible.

En ese momento fue como si me hubieran tirado una jarra de agua fría por encima, me quedé bastante en shock.

-Pero... ¿No hay más abogados allí? ¿Tienes que ser tú si o si? -Pregunté y noté como mi respiración aceleraba por momentos.

-Lo siento de verdad Roxy, sabes lo importante que es mi trabajo para mí y que este caso podría mejorar mucho mi carrera...

No puede ser.
No, no y no.
En estos 17 años de vida que llevo nunca me ha faltado mi padre ni dos días, nuestra relación es genial, cómo si fuéramos mejores amigos.

-Entiendo... -Dije muy apenada. -Sólo... Sólo vuelve cuánto antes, ¿Vale?

-Te lo prometo. -Dijo cogiendo mi mano entre las suyas para después depositar un beso sobre mi frente.

[...]

Tras esa noticia se me quitaron las ganas de cenar, así que después de convencer a mi madre de que no tenía hambre me subí a mi cuarto y lo primero que hice fue invitar a dormir a Cat y Brooke.

-¿Cat? -Solté un sollozo.

-Tranquila, estamos llendo para allá con botes de helado extragrandes.

-Pero cómo..

Colgó y me dejó con la palabra en la boca, estas chicas...
Sobé mi frente ya que me dolía la cabeza y de repente tocaron el timbre.
Al poco tiempo entraron Cat, Brooke y tres botes de helado gigantes.

-Así que iva en serio lo del helado... -Dije cogiendo uno de chocolate con virutas de nata.

-Por supuesto, son para casos de emergencia. -Dijo Brooke y nos unimos las tres en un abrazo.

-¿Ya sabíais lo de mi padre?

-Claro, tu madre nos avisó de que hoy sería una noche larga y que viniéramos a darte las fuerzas necesarias para sacarte una sonrisa.

¡El maldito karma! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora