Capitulo 6

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Me lo estaba pasando genial con Nate, disfrutaba del trayecto hasta que dieron las 8 y pico.

-Dime Rox, ¿eres más de monte o de ciudad?

-Me gustan ambas, pero odio los bichos, cosa que en el monte siempre hay.

-Mm.. -Nate se quedó pensando por un par de minutos y luego arrancó el coche.

-¿A dónde vamos? A las 10 tengo que estar en casa...

-Está todo bajo control, Rox. ¿Piensas que no he hablado ya con tu madre?

-Cada día me sorprendes más, Nate.

El sólo se rió y subió el volumen de la canción que estaba sonando. Abrió mi ventanilla.

-Asómate.

-¿Qué?

-Que te asomes.

-¿Porqué?

-Sólo hazlo.

Y así cómo el me lo pidió me asomé y noté el viento que golpeaba mi cara fuertemente. Noté que mi pelo estaba volando y yo sólo me dejé llevar y disfruté el momento.

-Mira hacia la derecha en 3, 2, 1... -Dijo Nate mientras miraba atenta.

De pronto los árboles que tapaban las vistas desaparecieron y pude observar un parque de atracciones. Para ser sincera, era precioso ya que estaba oscuro y el parque era todo lucecitas de colores alegres.

-Vaya Nate esto es precioso, ¿a cuántas chicas traes aquí?

-Pues a unas 5 por semana. -Dijo serio. -Es coña. -Empezó a reírse.

-Das asco, ojalá te den un escarmiento algún día.-Espeté.

Nate giró y volvieron los árboles.

-¡Oye mis vistas!

-Se acabó por hoy.

-Aguafiestas...

-Demasiado. -Dijo seco.

-No te entiendo Nate, eres bipolar. -Dije yo.

-No soy bipolar.

-Si lo eres, tienes distintas facetas.

-No es eso. -Respondió él.

-Es la verdad, aveces eres el chico mas feliz y más simpático del mundo, sin embargo en cuestión de segundos eres capaz de volverte un grosero y un cabron.

Nate paró en seco.

-¿Qué haces? ¿Quieres que salga volando o qué? -Dije acomodándome el pelo.

-Mira Rox. No es que tenga distintas facetas, tampoco soy bipolar. Sólo es mi forma de ser, y si no te gusta puedes irte.

Me quedé paralizada, mi orgullo es mayor que cualquiera otra mierda así que cogí mi movil y abrí la puerta.

-¿Qué haces? -Preguntó Nate.

-¿A caso no lo ves? Me voy. Me voy porque paso de aguantar tus estupideces de niño pequeño e inmaduro.

Salí y escuché a Nate gritar mi nombre varias veces.

-Rox. -Dijo y noté que bajó del coche y me siguió.

-Déjame en paz de una vez.

-No quiero, quiero que te montes en el coche para que pueda llevarte a tu casa.

-Puedo ir sola, gracias.

-No sabes ni dónde estamos. -Miré al rededor y agaché la cabeza. -Venga, súbete.

¡El maldito karma! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora