Capítulo 5.

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Había estado toda la noche pensando en la conversación que había mantenido con SeHun. Su mente no dejaba de darle mil escenas de cómo podría llegar a resultar el contarle a ChanYeol que era gay, y todas ellas acababan de la peor manera. Tenía miedo, muchísimo miedo, de perder a su mejor amigo. Era algo que jamás se había planteado, de ninguna manera posible. ChanYeol había llegado a su vida de manera imprevista, y de la misma manera se había mantenido a su lado por años. No estaba en sus planes dejarlo ir pronto. Pero su novio y sus continuos discursos habían logrado revolverle las ideas, dejándole una oscura e infernal noche de insomnio.

Cuando notó que por fin el sol se hacía notar, gruñó revolviéndose entre sus mantas y segundos más tarde se levantó dispuesto a empezar con su rutina. Se metió a duchar, porque ayer realmente no había tenido ganas para ello. Tras quince minutos salió secándose el pelo y portando sus calzoncillos limpios, para acercarse al armario y revolver un poco en busca de su uniforme, que estaba bien doblado en una tonga con dos más. Se lo colocó y salió del dormitorio, dejando la toalla en un cesto que se encontraba en el cuarto de la lavadora.


—Buenos días, cariño —escuchó a su madre en cuanto entró a la cocina. Ella se volteó a verlo—. Por Dios, BaekHyun, tienes ojeras.

—No tuve una buena noche —cansado habló, sentándose en una de las sillas.


Su madre lo miró insegura. Le puso la taza de café con leche delante de él, esperando que hablase un poco más sobre qué lo atormentaba.


—Deja de mirarme así —se removió incómodo escondiéndose detrás de la taza al cogerla entre sus manos.

—¿Me vas a decir qué pasó?

—Estaba pensando...que quizá sea bueno decirle a ChanYeol sobre SeHun —metió sus labios hacia dentro después de dar un sorbo—. Lo va a entender, ¿verdad?


La mujer se sintió inquieta cuando vio los ojos de su hijo llenos de agitación y escuchó su voz vacilante.


—Cariño... —rodeó la mesa para llegar hasta la silla al lado de BaekHyun y se sentó allí, mirándolo directamente—. No sé cómo va a reaccionar. Conozco a los Park, no son muy partidarios de estas cosas y ChanYeol ha crecido con esas ideas.

—¿Y qué debería hacer, entonces? —angustiado cuestionó.

—No estoy segura —suspiró apenada acariciando el cabello de su hijo—. Quiero decirte que todo está bien, que lo que pueda suceder va a ser bueno. Pero sabes que no soy de esas madres que dan falsas esperanzas o consejos sin sentido.

—Genial —soltó con sarcasmo—. Me gustaría que todo siguiese tal cual. Pero ChanYeol cada día se vuelve más insoportable con aquello. SeHun dice que no tengo por qué aguantarlo, mamá.

—Y tiene razón. Sabes que adoro muchísimo a ChanYeol, que es como un hijo para mí. Pero SeHun dice la verdad, Baek.

—Creo que...que le diré —murmuró un poco impreciso—. Pero ocultaré aún así que SeHun es mi novio. Prefiero ser el único odiado —bajó la cabeza, devastado. Sabía que aquello era lo que iba a pasar: ChanYeol lo iba a odiar.

—ChanYeol te aprecia demasiado y espero que use su cerebro para darse cuenta de que debe apoyarte —le sonrió a medias, tratando de transmitirle tranquilidad y confianza.

—Mamá, mejor empieza a rezar para que sea así y los Park no te demanden por tener un homosexual en casa.

Error↪️ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora