Capítulo 2: Recuerdos, Vanidades y Heladería.

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      Después de hablar con Nouth, me aconsejo que tuviera cuidado con cualquier movimiento extraño de los humanos, nos advirtió a todas que tuviéramos cuidado con cada cosa que hacíamos, hasta que ella se asegurara de que nadie, esta husmeando por ahí, estaremos bien, y por supuesto todas las chicas querían explicaciones, al mencionar Nouth mi nombre, Natalyth, Leath, Jazmhín y Sarah, ellas me fulminaron con la mirada, estoy segura que pensaros que esta imaginando cosas, Beccaryth y Lisah, me dieron miradas de apoyo y compresión, pero yo no engañaría a nadie si se trataba de algún peligro.

       Solo Faltaba dos días para salir. La Señora Negrette necesita la mercancía para que sus clientes especiales y normales la puedan compra. El diseño de nuestra ropa es peculiar, ya que tenemos varios diseños que a la gente le gusta usar, la camiseta que creé era suelta, y la corte en la parte delantera, una línea que solo llego hasta el sujetador, ese tipo de ropa solo los usarían la chicas que querían llamar la atención, siempre el viento hacia que se le viera el abdomen plano, el corte que le hice en el medio de la camisa le quedaba bien, pero no era me mi gusto, odiaba llamar la atención; las chicas que usaban las camisetas que había creado siempre se posaban en las calle, dándoles una tarjeta a los autos que dejaban de conducir para hablar con ellas, una vez logre échale un vistazo, lo que logre leer en la tarjeta blanca: "Servicios Especiales", y debajo de estas palabras se hallaba un número de teléfono, pero nunca logre entender estos "Servicios Especiales" y en la forma que usaban mis camisetas para esto.

       Estaba colocada en la cama sentada, pensado, trataba de descifrar que está ocurriendo, pero no halle nada concreto o articula un acertijo.

—. ¿Lauren?... ¿estás bien?—pregunto Lisah, su preocupación se notaba en su voz aterciopelada, negué con la cabeza.

—. Vamos, dinos que está pasando—musito Beccaryth.

       Suspire.

—. Algo anda mal, no sé que es, pero... alguien nos quiere matar, es lo único que pude descifrar con Nouth— aclaré, el peluche que tenía en mis brazos lo aferre más a mí, levante la vista, mis compañeras se sentaron en mi cama, acompañadas con sus peluches.

—. ¿Nos puedes explicar por qué?—pregunto Beccaryth.

—. No lo sé, solo sé que no quiere que existamos—dije.

—. Es extraño, nunca habíamos pensado en algo así, incluso pensé que cuando ellos vinieron, al principio pensé que me iban a matar— articulo Lisah, pero la palabra ellos hiso eco en mi cabeza, tratando de no recordar aquellas imágenes y palabras que me ofendieron, me quede en blanco, mirando en un punto desconocido de la sabanas.

—. ¡Lauren!—gritaron Lisah y Beccaryth, no entendía la desesperación de su voz, y el motivo por lo que los brazos de las chicas estaba en mis hombro, como si me estuvieran deteniendo se moverme. Fruncí el ceño.

—. ¿Qué pasa?— pregunte, a mis compañeras abrieron los ojos como platos.

—. Casi te caes y tú dices "¿Qué pasa?" —respondió Beccaryth, haciendo comillas con sus manos, y imitando mi voz.

—. ¿No te diste cuenta que casi te caes?—pregunto Lisah, con el ceño fruncido.

       Parpadeé varias veces, despertando de mi trance.

—. ¿Casi me caigo?—logre preguntar. Beccaryth, al escuchar mi pregunta se golpea con su palma en la frente.

       Oh, en verdad casi me caigo, ya entendí el mareo y mi trance al escuchar la palabra ellos.

Saga Hadas Oscuras: Ángeles RojosWhere stories live. Discover now