Judas

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Después de haber encontrado toda esa información, no tenía ni la menor idea de qué hacer con ella, así que me la reservé. Era una completa pesadilla.  Las chicas no habían salido del departamento en días, y José venía todos los días a cuidarlas cuando yo salía, esto era un caos. Pero guarde la información por una buena razón, dos mejor dicho.

>>Primero: No quería hacerle daño a Pablo.

Segundo: Tenía lo necesario en mis manos para destruir a James completamente. Así el acabase conmigo.

Días  después fui a ver a James a su despacho, para ablandarlo un poco tuve que tener sexo con él, ese hombre era una bestia, estaba loco. Pobre Sofía, no me quiero ni imaginar qué tantas cosas le obligaría a hacer. 

Pablo no había dejado ni de llamar ni de enviar mensajes, yo solía omitir sus llamadas y no respondía sus mensajes. Debo admitir que lo extrañaba, extrañaba todo, sus miradas, sus besos, sus caricias, las sorpresa. Todo. Pero debía dejar esos recuerdos en mi mente y no repetirlos. 
Las chicas estaban preocupadas por mí, decían que tenía "mal de amor", como siempre mis amigas con su romanticismo. En fin, mi vida es un desastre en estos momentos.

-OYE CHARLI TIENES VISITAS -grito Sofía desde el living.- UNA VISITA QUE TE ENCANTARÁ.

-SI CHARLI -se unió Alex.- ES ALGUIEN QUE TE QUIERE MUCHO.

Demonios, ya me imaginaba quien era. Él no podía estar aquí, no debía estar aquí. Me quite la bata de baño y me puse un vestido ligero color rosa estilo deportivo, unas botas deportivas, recogí mi cabello en una coleta, ya había crecido un poco y podía hacerme coletas de nuevo. Antes de salir, me vi al espejo y note que estaba más delgada, y tenía muchas ojeras, el estrés y la ansiedad se empezaban a hacer presentes y se reflejaban en mi cuerpo. Respire una vez más y salí de la habitación. Pude ver a las chicas hablando con Pablo, él se escuchaba triste y decaído. Tenía unos jeans y una camiseta blanca y unos zapatos de vestir, se me hizo extraño que no llevara traje. Y tenía su cabello desordenado y una barba de unos 2 o 3 días. Al verme se levanto del sofá y me apenas me sonrió. 

-Hola -dije en un todo a penas audible.

-Uhh bueno, Alex y yo nos vamos -dijo Sofía entre risas y tomo a Alex de la mano y se fueron a una de las habitaciones.

-Hola -la voz de Pablo se escuchaba fría, dura, apagada, me estremecí.- ¿Cómo has estado? 

-Bien -di unos pasos y me senté en el sofá.- ¿Y tu cómo has estado?

-Se te nota más delgada -se sentó a mi lado.- Escucha Charlotte, respecto a lo del otro día, te debo una disculpa, déjame recompensarte -se llevo las manos al ceño.- No quise abusar de ti, siento que hice eso, estaba fuera de mis cabales y tu...tu -se quedo callado por un momento.- Tampoco quise llamarte puta, nena no lo eres. Lo siento.

-Está todo bien -dije tranquila.- No hay problema, son cosas que pasan.

-¿Por qué no contestas mis llamadas ni mensajes? -pregunto de repente.

-No me encontraba bien Pablo -dije en un susurro.- Han pasado muchas cosas...James casi mata a golpes a Sofía, nos manda amenazas constantemente, nos tiene acorraladas -de momento me dí cuenta que estaba temblando.-Es un caos todo.

-Tranquila, ven aquí pequeña -me abrazo.- Todo estará bien, yo no dejaré que nada te pase.

 Estuvimos un rato abrazados, no sé si fue por la emoción del momento, se me salieron un par de lágrimas. Después de invito a un café y yo acepte. No nos importo que nos vieran juntos, sólo éramos él y yo. Y nuestra mentira, ambos sabíamos que todo terminaría pronto, pero disfrutaremos los momentos que nos quedan.

-Háblame de ti,linda -dijo riendo.- Casi no se nada de ti.

 -¿Qué quieres que te diga? -respondí ante su petición, no me gustaba hablar de mi, ni de mi pasado.

-No sé, ¿tienes familia? 

-Bien, hablaré sobre mi -sonreí.- Prepárate.

>>Cuando tenía 17 años, mis padres murieron en un accidente. Mi hermana Rachel se fue con su novio Andrés a otro país, Irlanda, creo. No volví a saber nada de ella. Rachel siempre quiso irse y no desaprovecho la oportunidad. Nunca quise este tipo de vida, pero no me quedo elección, no tenía dinero y nunca quise molestar a nadie. A los 17 perdí mi virginidad, no como me hubiese gustado, seguía siendo una niña cuando empecé a hacer esto. Fue con un hombre, en ese entonces él tenía 35, el me ayudo, me apoyo, me dio todo. El departamento, una de las motocicletas. Nunca me he enamorado. Ese hombre siempre fue especial, nos queríamos, nos teníamos cariño, como viejos amigos. Después se caso y todo acabó. Duramos 3 años. Desde hace 1 año no tenía mas Daddys, no me gustaba. Después apareciste tu, y bueno. Mi mundo y mi vida dieron un giro inesperado. No sé qué siento por ti realmente, te quiero, si, te quiero. Pero es confuso.

Pablo que estuvo atento escuchando todo, se sorprendió al oírme decir que lo quería, le dibujo una sonrisa en el rostro. Estaba feliz, sus ojos volvían a tener ese brillo especial. Y me miraban como desde el primer día, con fascinación y amor.

-Yo...yo también te quiero, niña -fruncí el ceño al escuchar eso.- No me importa qué fuiste, o qué eres ahora, sólo sé que quiero estar contigo. 

-Pablo...-él me interrumpió. 

-Nena, no hables más, no te excuses más ¿si? Nos queremos, no nos amamos, para eso aún falta mucho -se callo un momento antes de volver a hablar.- No confío en ti del todo, espero y lo comprendas. Y sé que tu no confías en mi tampoco, ni en mis promesas -me tomo de las manos.- Pero nena, no me traiciones ¿vale? No lo soportaría.

-lo miré fijamente a los ojos, sonriendo, para finalmente hablar.- No lo haré, no soy capaz de hacerlo, si fuese capaz, lo habría hecho hace mucho ¿no crees? 

Él me miro a los ojos y sonrió. Yo no pude evitar sentirme mal, así que evadí su mirada y cambié el tema. Estuvimos hablando sobre muchas cosas, descubrimos que teníamos muchas cosas común, en el fondo me alegré de que así fuera. Pagamos la cuenta y me llevo a mi departamento, nos despedimos con un beso corto y una sonrisa de tontos enamorados. Al cerrar la puerta salieron las chicas de la cocina, dándome un susto.

-Santa madre -dije agitada.- ¿Estáis locas? 

-LO VIMOS TODO -dijeron riendo.

-Ustedes no vieron nada. 

-Lo quieres -soltó Alex de golpe.- Acéptalo ya Charli, no te resistas más.

-Es cierto, escucha a Alex, ella es experta en el amor -dijo Sofía riendo.

-Chicas -suspire.- No sé qué hacer. 

No pude contener las lágrimas, me sentía bien, pero a la vez mal ¿cómo era eso posible? Alex y Sofía se acercaron a mi y me abrazaron, me dijeron que todo estaría bien. Y que me apoyarían en lo que decidiera. Aceptar que quería a Pablo era mi perdición, ahora no debía pensar en sólo en las chicas, también tenía que pensar en él y en cómo no hacerle daño cuando esta bomba estalle. Me sentía como Judas, jugando en dos bandos, y probablemente, la persona que me quería sinceramente y de corazón saldría lastimada. 

ATRAPADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora