Wait... please!

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>>> HARRY <<<

-¿Esta seguro que no quiere que vayamos con usted?-Pregunto por milésima vez el que se había convertido en mi médico de cabecera.

-Estaré bien, no pasara nada-Reí bajo a la vez que con ayuda de un bastón, caminaba hacia el taxi que esperaba en la puerta.

El trayecto a casa de los padres de Izzie no era largo, máximo tardaría 30 minutos en llegar. Decidí relajarme un poco mientras llegábamos, había mucho tráfico a decir verdad.

SMS a Izzie: Siento mucho la tardanza, hay mucho tráfico, espero estar en 15 minutos con ustedes.

Segundos después me llego una notificación de que el mensaje no había sido enviado. Eso solo ocurría cuando Izzie tenía el celular apagado o me había bloqueado. Seguramente solo se le agoto la batería.

Minutos después baje del taxi frente a la casa de mis ex suegros, después de timbrar un par de veces salió Julie.

-¡Harry!-Parecía sorprendida.

-¡Julie!-Imite su reacción-Venia por Izzie y April, iremos a comer algo, ¿Podrías avisarles que ya estoy aquí?-Sonreí

-Harry...ellas no están-Susurro

-¡Oh! No hay problema, puedo esperar, igual no tengo mucha hambre-Subí y baje los hombros.

-No, no comprendes... lo que pasa es que...-Su madre la interrumpió.

-Lily acaba de llamar, dice que espera que su vuelo salga durante la próxima hora, no pudimos hablar más, April lloraba mucho, es la hora de su sies....-Se quedó callada al mirarme.

El silencio se hizo presente entre nosotros.

-No, no lo hagas...-Dijo Julie cuando iba de regreso al taxi.

-¿Escuche bien? ¿No quieres que vaya a detener a tu hermana?-La mire enfadado.

-Sí, déjala ir. La lastimas más de lo que crees, déjala ser feliz-Dijo Julie.

Me quede parado en la puerta del auto, quizás ella tenía razón. Sin decir más subí y auto, el chofer avanzo.

El aeropuerto estaba más solo de lo normal, baje sin problema alguno, entre rápidamente. ¿Dónde estarían? ¿El lugar donde Izzie siempre quiso vivir? Descarte eso al saber que sería poco probable que llevara a April a otro continente. ¡Paris! Ella siempre quiso vivir en la ciudad del amor. Camine rápidamente a las salas de espera que tuvieran como destino ese lugar, no estaban en ninguna.

-Último aviso para el vuelo 381 con destino a Mónaco, favor de abordar por la puerta 8-Se escuchó por el altavoz.

Las había buscado por cada sala, ya no estaban. Mire la pista desde un ventanal, aviones despegaban y otros llegaban.

Probablemente su hermana tenía razón y esta era una señal, yo solo le traje dolor; todas aquellas veces en las que lloraba mientras discutíamos sobre mi estilo de vida, o cuando no llegaba a la cena que hacia mes con mes para celebrar nuestro aniversario, o cuando olvidaba su cumpleaños, sus flores favoritas o que era alérgica a los chocolates con almendras y se los regalaba. Nunca lo hice con intensión alguna, ella siempre fue lo más preciado en mi vida, sin embargo el trabajo me absorbía por completo, nunca pude convencerla de ello. Siempre quise darle lo mejor, sin darme cuenta que lo único que ella quería era mi atención.

Seguí caminando mirando cada avión, cada ventanilla del avión. Hasta que uno llamo mi atención, una melena color claro con las puntas aún más claras... Lily. Mi corazón se aceleró al saber que donde estaba ella, estarían mis dos chicas.

Parpadee para ver si era cierto, era Lily, de un momento a otro cruzamos miradas, ella se puso pálida Busque la puerta más cercana a ese avión. No me importaba el dolor en mis piernas, estaba corriendo hacia ella, fue cuestión de minutos lo que tarde convenciendo a un par de chicas para que me dejaran pasar, una vez estando ya en la pista vi como el avión lentamente avanzaba.

-¡No! ¡No!-Mi pierna izquierda dolía más de lo normal-Esperen por favor-Alce la voz.

-¡Señor! No puede estar aquí-Un chico corría atrás de mí.

-No se vayan, por favor-Grite una vez más en vano.

Mis pies de momento a otro dejaron de reaccionar y caí a la pista. Era probable que no solo tuviera roto algún pie, sino también el corazón. Mis ojos derramaban lágrimas al ver como mi vida se iba en aquel avión que apenas se elevaba de la pista.


Después de ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora