Over Again

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¿Nunca han sentido la sensación de estar en un lugar, pero a la vez no? Como si tu cuerpo se quedara pasmado en un solo lugar y tu mente divagara en uno muy diferente, así me sentí yo desde el momento en el que desperté el día de hoy.

21 de diciembre.

Sin April, sin Lily quien se había ido a visitar a sus padres y pasar con ellos las fiestas navideñas, sin... nadie.

- ¡Hey! ¡Tierra llamando a Isobel! - Escuche a alguien decir.

Sacudí mi cabeza saliendo del trance y lo miré.

- ¿Qué haces aquí? -Sorbí un poco de mi café.

-Esa misma pregunta te la hago a ti, ¿Pasa algo? -Me miro.

-No lo sé, hoy desperté distinta, ¿Sabes? No sé que me pasa, me siento como rara, como ... no sé- Bufé.

-Y por esa razón decidiste venir al mismo lugar donde te traje antes de casarte, ¿no? -Rodo lo ojos-Se llama melancolía, ven aquí pequeña-Mi padre me abrazo-Sabes que le puedes contar lo que sea a este pobre anciano, ¿Verdad? -Beso mi frente.

-Hace poco más de 2 años yo era una esposa infeliz, supongo que lo sabes-Lo mire con lagrimas en los ojos- No sabes cuando deseaba no haber siquiera conocido a Harry, maldecía el día en el que lo hice, me sentía sola aun estando acompañada-Apreté mis labios tratando de no soltar el llanto- Y de pronto, mi vida dio un giro total, el accidente de Harry, el nacimiento de April, el reencuentro con Jay, cosas que nunca hubiese imaginado, pero que igual me han dejado sola-Una lagrima corrió por mi mejilla.

-No estás sola cariño, ¿Qué hay de April? -Sonrió tratando de consolarme.

-Ella es lo más hermoso que puedo tener, pero no es solo mía, en realidad no es mía, en cierto momento ella comenzara a decidir por ella misma y, ¿Dónde quedo yo? -Suspire-Esta no es la vida con la que sueñas cuando eres adolescente, ¿Sabes? -Sonreí mientras limpiaba mis lágrimas y mi nariz.

-No necesitas ni a un Harry ni a un Jay, en realidad a ningún hombre para ser feliz, tu puedes ser feliz con tu hija, crear una vida nueva-Tomó de su café-Pero no creo que ese sea tu problema, en tu mirada veo que sufres por algo más, amor, tal vez-Dejo la taza sobre la mesa- ¿Qué te impide volver a donde eras feliz? -Me miro.

- Además del hecho de que está comprometido, tengo miedo, mucho miedo a que todo vuelva a ser como antes.

- ¿Y si es todo lo contrario? -levanto una ceja.

Lo mire y baje la mirada.

- ¿Vale la pena arriesgarme? -Cerré los ojos con fuerza y me acomodé en mi asiento.

Mi padre soltó una diminuta risa.

- ¿Vale la pena el amor? -Tomo mi mano- Ambos han cambiado, no es por defenderlo ni mucho menos, pero quizá deberías darle una oportunidad, por lo menos dejarlo hablar sin que termine en una discusión, escucha su versión y una vez hecho eso, puedes tomar una decisión, ¿No crees? - Sonrió.

-En unos días se va a casar, ¿No crees que este arriesgándome demasiado a ser rechazada? -Sonreí de lado.

-Pase lo que pase, tu madre y yo estaremos en casa esperándote junto con un buen chocolate caliente y un setlist de películas románticas-Acaricio mi mejilla.

Después de tan lindo momento con mi padre, ambos terminamos nuestro café y seguimos con nuestra rutina diaria, la cual, en mi caso, era volver a casa a hacer los quehaceres domésticos.

Entre al edificio donde vivía, presione el botón llamando al elevador el cual llego en menos de 2 minutos, presione el número correspondiente a mi piso y me dispuse a un corto viaje en elevador. Al momento en el que se abrieron las puertas de este, Sali y camine por el pasillo, al llegar a mi puerta me percate que estaba abierta, mi corazón comenzó a latir rápidamente, nunca habían robado en el edificio, ¿Cómo debía de reaccionar? Busque con la mirada algo con que defenderme, una escoba cerca del elevador fue lo único con lo que encontré, con mi herramienta por delante entre al departamento buscando alguna señal alguna de un ser extraño, no había nadie, camine a las habitaciones, cuando estaba por entrar a la mía, alguien salía de la misma, no recuerdo cuantas veces lo golpee con el palo de la escoba de alguna de las vecinas, pare en el momento en el que reconocí la voz de April llamándome desde la puerta de su habitacion,fue ahí donde reaccione y mire a quien estaba golpeando.

Después de ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora