Han pasado diez años y nuestros chicos han dejado atrás sus años locos de adolescencia para convertirse en adultos...Bueno, niños en cuerpo de adultos.
Más dramas, risas y malentendidos. ¿Seguirán las mismas parejas? ¿Habrá una cuarta generació...
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Salí al jardín de la Madriguera y me acerqué a Ian y Teddy que estaban sentados a la sombra. Teddy sujetaba con un brazo a Harry que dormía tranquilamente y con su otra mano, una cerveza. Ian tenía sentada a Iris en su regazo y con su mano, sujetaba su cigarrillo.
—Te está babeando—dije mientras me sentaba al lado de Ian, Iris me miró pero, creo que no le resulté muy interesante porque devolvió su atención al teléfono de Ian.
—Ay, coño—se quejó Teddy mientras le daba la vuelta a Harry—Os juro que solo lo hace conmigo.
Ian rió mientras expulsaba el humo, Iris lo miró fascinada.
—Antes eran las chicas las que babeaban por ti...—empezó a decir—Y ahora es un niño de cuatro años que encima prefiere a Victoire.
Rompió en una carcajada mientras Teddy lo fulminaba con la mirada.
—Que asco te tengo, de verdad—dijo Teddy mientras mecía un poco a Harry para que no se despertara—Algún día, tu hija tendrá novio y entonces yo seré feliz.
—Dile a tío Teddy que es un idiota y que tu nunca abandonarás a papi—dijo Ian mientras sujetaba la cara de Iris que asintió y sonrió cuando Ian besó su frente.
Ian clavó su mirada en mi y me miró con los ojos un poco entornados.
—Bueno, ¿y tú nos vas a contar a que se debe esa cara de "he tenido tres orgasmos seguidos"?—preguntó Ian, solté una carcajada mientras Teddy golpeaba la frente de Ian.
—¿Que es un orgasmo, papi?—preguntó Iris con la mirada clavada en su padre.
—Pues...
—Son cosas de mayores—lo interrumpió Teddy.
Ian negó con su cabeza y puso a Iris en el suelo antes de quitarle el teléfono.
—Anda, sé una niña normal de tu edad y ve a jugar al fútbol o al pilla-pilla—dijo Ian—O mami regañará a papi por dejarte jugar con el móvil más tiempo del que deberías.
Iris hizo un puchero pero Ian alzó una ceja a modo de advertencia. La niña se acercó corriendo a los demás niños que jugaban al fútbol.
—Bueno, entonces—dijo Ian mientras apagaba su cigarrillo—¿Triunfaste anoche?
—No—dije con una sonrisa, Teddy e Ian se miraron—Bueno, si pero no es por eso.
—Merlin, James, ¿nos vas a decir que te pasa o tenemos que darte otra cerveza?—se quejó Ian.
—A veces me pregunto como puedes haber llegado a los treinta años con tan poca paciencia—se burló Teddy.
—Yo me pregunto como has podido tener hijos con tu micro pene—dijo Ian antes de encogerse de hombros.
