Han pasado diez años y nuestros chicos han dejado atrás sus años locos de adolescencia para convertirse en adultos...Bueno, niños en cuerpo de adultos.
Más dramas, risas y malentendidos. ¿Seguirán las mismas parejas? ¿Habrá una cuarta generació...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿Puedo saber por qué tienes ese tierno puchero?—preguntó Rose con una sonrisa. Estábamos en mi piso, yo estaba revisando papeleo del trabajo mientras ella veía una película—¿No te salen las cuentas?
Tiré el bolígrafo en la mesa y me recliné en la silla. Pasé ambas manos por mi pelo antes de enlazarlas en mi nuca.
—Albus se casa en un par de semanas—dije, ella asintió.
—Lo sé, nunca había visto a Anna así de feliz—dijo ella.
—Creo que estamos perdiendo el tiempo—dije de manera seria. Ella levantó una ceja.
—¿A que te refieres exactamente?
Hice un gesto con mi mano para que se levantara y se acercara a mí. Así lo hizo. Puso sus piernas a cada lado de mi cadera y dejó caer su trasero en mi regazo.
—Daphne y James van a tener un hijo y se van a casar—expliqué, ella asintió de manera lenta mientras deslizaba sus manos por mis hombros—Y Albus y Anna se van a casar, ¿ves por donde voy?
—Cariño, yo me pierdo en la línea de tu pensamiento—confesó, solté una pequeña risa antes de rodear su cintura con mis brazos.
—Nos estamos quedando atrás, Posie—dije antes de dejar un beso en el centro de su cuello.
—¿Quieres que nos casemos y tengamos un hijo solo para llevar el mismo nivel que Daphne y Albus?
—Es posible.
Soltó una gran carcajada que la hizo apoyar su frente en mi hombro. Levantó la mirada y levantó sus cejas en un gesto de sorpresa.
—Oh Merlin, lo dices completamente en serio.
—Pues claro que lo digo en serio—dije mientras me encogía de hombros—¿Tan malo es que quiera pasar el resto de mi vida contigo?
—No...No, en absoluto—me dio un beso rápido—Pero creo que estaríamos yendo demasiado deprisa. Tomemos las cosas con calma. Disfrutemos de nuestra relación.
—¿Y dentro de unos años?
—Vuélvelo a preguntar y entonces, veremos—sonrió antes de besarme de manera lenta y profunda—Por ahora, veamos en que estás trabajando, tienes demasiados papeles sobre la mesa.
—Podemos utilizarla para otra cosa que no sea dejar papeles.
Ella sonrió mientras mis dedos se encargaban de deshacer los dos primeros botones de su camisa. Estaba enamorado de ella y no me importaba esperar quince, veinte o cincuenta años si al final podía convertirla en la señora Malfoy.
