ETERNAL | Andy Biersack | Alissa Lindberg

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—¿Qué te parece Amanda? —dijo.

—No.

—Oh vamos, ¿cuál es el problema?

—¿Pensabas que era una buena chica? Corrección Andy, tiene problemas con la ley.

—¿Y acaso tú no?

—Yo no soy parte de tu lista cariño —despeinó el cabello negro del chico.

—Ajá, muy graciosa. ¿Alex?

—No me digas que no te has dado cuenta, es imposible que haya algo entre tu y ella.

—¿Por qué?

—Es lesbiana, desde hace 10 años. ¿Otra candidata?

—¿Tú?

—Tengo problemas con la ley, además nunca podría besar a un casi hermano tonto —rió mientras que él sólo se llevaba una decepción y una risa falsa.

—¿Juliet?

—¿Juliet? Oh, claro, bueno, ya sabes lo que pasó entre ella y yo, espero que no me metas en sus asuntos y no quiero que intentes que volvamos a ser amigas.

—¿Rebecca?

—¿Y Juliet?

—Es para tener más opciones —le guiñó.

—Eres un break-heart Andy. Rebeca es muy celosa, dejaríamos de hablar, ¿Ninguna más en tu lista?

—No.

Cruzó el umbral de su puerta, llevaba con él una caja llena de avisos, 2 corcheteras y 3 cajas de corchetes.

Aviso de desaparecida.
Alissa Lindberg.
La última vez fue vista en Central Park a las 18:30 hs.
Si la ha visto llame al número ##########.
Gracias por su atención.

Se sentía mal, hacía todo eso por compromiso, y no era que su gran amiga haya desaparecido y a él le daba igual, sólo era algo más complejo de lo que él creía.

—¿Cómo fue tu día? —dijo su madre, una mujer baja, rubia y de ojos hermosos.

—Igual, ninguna noticia. ¿Has hablado con la señora Lindberg?

—Sí, aún sigue muy triste, lo único que esperamos es que Alissa aparezca, es la desaparición más larga de ella.

—Lo sé, voy a estar en mi habitación, cualquier noticia me molestas.

—Claro que sí Andy, no te preocupes.

—¿En serio sigues siendo virgen?

—Sí —dijo avergonzado.

—Vamos Andy, al menos ya somos dos fracasados —rió.

—Te recuerdo que tenemos casi 18, es horrible esto.

Se formó un momento de silencio, Andy pensaba en la manera de cómo decirle de que fuera su novia, pero la cobardía le ganaba.

—Te propongo un trato, si los dos seguimos virgenes para Julio, la perdemos entre los dos. Sin compromisos entre medio, es solo cuestiones de edad.

—¿No crees que es muy pronto?

—No nos queda de otra, tonto —rió.

Subió las escaleras, trayéndole varios recuerdos, la imagen de la chica se le había quedado clavada en su mente y no se permitiría dejarla ir. Sabía que si se trataba de Alissa, se iría muy lejos, pero si seguía cerca, habría tenido una gran transformación en su imagen para no ser reconocida.