ETERNAL | Andy Biersack | Alissa Lindberg

9

Empezó a besarlo dirigiéndose a la habitación que ambos compartían, la rubia tenía preparada un  magnifica "sorpresa" que supuestamente Andy nunca olvidaría.

—Andy, ¡Basta! —rió sin poder respirar.

—No hasta que digas que te quedarás.

—¡Está bien, me quedaré!

Al instante el pelinegro paró con aquel martirio de la morena. Ella jadeaba recuperando el aire y aún se abrazaba su estómago por el dolor.

—Te odio —dijo una vez logró calmarse.

—Sabes que me amas —dijo con orgullo y cruzó sus brazos.

—Pero tu más —sonrió molestándolo.

La rubia lo besaba con pasión, intentando que el pelinegro tomara la iniciativa, pero al ver que el moreno solo seguía el vaivén de la labios, empezó a desvestirlo.

Sin embargo, Andy parecía no reaccionar, su mente estaba metida en los ojos marrones de la que fueron de su primer y único amor.

Su mente se alejaba, al igual que Juliet, quien poco a poco se convirtió en Alissa. Empezó a tomar el control de la situación, la acarició por su cintura, elevando la camisa que llevaba. Le quitó la camisa y también su brasier, y empezó a jugar con sus pezones.

—Andy... —jadeo, no era la voz de Alissa, abrió los ojos preocupado y esperando ver los ojos marrones, pero solo logró ver a su novia.

Ya no se podía detener, ¿qué le diría? "Lo siento Juliet, pensé que eras Alissa y ya no quiero tener sexo contigo", algo ilógico y bastante vergonzoso.

—Vamos Andy, ni siquiera puedes sostener una conversación con una chica cerca e invitarás a Juliet al baile —dijo burlona.

—Mentirosa, y la invitaré, usando o no palabras.

—Intentalo Romeo, no puedes hablar cuando estoy cerca de ti y piensas en invitarla —dijo pesimista, pero su única intención era que el pelinegro no invitara a la rubia.

—Que eres fastidiosa —dijo molesto.

—Si por decir la verdad, si, soy fastidiosa.

—¿Cuánto apuestas?

—50 dólares es una buena cantidad.

—Acepto —dirigió su mano, la cual la morena acepto dando un apretón.

En un apretón de segundos, el pelinegro se armó de valor para poder hablarle de cerca.

Que ironía, Andy pensando en hablarle de cerca a Alissa, y ella hablando sobre si Andy invitaría a Juliet con palabras.

Sostuvo sus manos a ambos lados de ella y rápidamente se acercó, como siempre lo hacía ella.

—¿Qué pasa ahora? ¿Te quedaste sin palabras? —dijo, sus narices rosaban y el aliento de cada uno chocaba con sus mejillas.

Alissa sentía su corazón salirse, su estómago era un nudo de explosiones. La posición los comprometía, pero nada pasaba.

—Andy —dijo en un gran tartamuedo.

—¿No se siente bien verdad? Ya veo cuanto te divierte tener el control —sonrió.

No, no era así como ella lo veía, se sentía angustiada, incapaz de formular una sola palabra.