10 (Parte 2)

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Solo se quedaría una semana, la cual se le hizo corta al pelinegro, volver a estar con Alissa era inexplicable, aún más teniendo a una pequeña copia de esta corriendo por el pequeño departamento.

—Entiendo, no tengo ningún problema con que se quede, muchas gracias, adiós —colgó la llamada y dejó por ahí tierado el celular.

—¿Pasó algo? —dijo desviando su mirada de su juego con Kayla.

—Era la madre de Valerie, la niña que se junta con Kayla en los parques, como nos quedaremos solo una semana, Valerie y su madre quieren que todas las noches ellas hagan una pijamada.

—¿Me vas a dejar? —dijo y le mostró una amplia sonrisa.

—Claro que si cariño, vamos a hacer tu mochila.

Apenas estuvieron listas, Andy condujo en dirección a donde sería la pijamada de kayla, Alissa se bajó junto a Kayla y la dejó en la puerta de la casa de su nueva amiga.

—Nuevamente, muchas gracias.

—De nada, Valerie me ha insistido desde ayer en que invitara a Kayla hasta que se fuese. Además es imposible decir que no tomando en cuenta que es Kayla.

—Por cierto, ten —le tendió 50 dólares —. Por gastos y molestias.

—Calíope, esto es mucho, no puedo aceptarlo —dijo devolviéndole la mitad, 25 dólares.

—Pero...

—Pero nada. No te preocupes por Kayla, la pasaremos muy bien.

—Está bien, gracias nuevamente.

Una vez se aseguró que Kayla estaría bien, se dirigió al auto de Andy, se subió y partieron marcha hasta el departamento.

Una vez llegaron al departamento, ninguno había dicho nada, y las ganas de decir algo les carcomían la garganta.

—¿Quieres ver una película?

—¿Has cambiado tu gusto por ellas?

—No, siguen siendo las aburridas y eróticas —rió —, elige una mientras voy por palomitas.

—Pasa —dijo Andy una vez abrió la puerta de su casa, la cual se encontraba oscura y solitaria.

Una vez pasó la morena, Andy pasó, se giró a cerrar la puerta y se dispuso a seguir a la morena. La cual solo lo observaba, pero una vez Andy se giró en su dirección, avanzó hacia él, pegándolo a la pared y besándolo desesperada.

Andy por la sorpresa, no se demoró ni un segundo en seguir el juego se la chica, le acariciaba la cintura llegando a su trasero.

Andy interrumpió el beso y la tomó de la mano, subieron las escaleras y se dirigieron a la habitación del pelinegro, el cual al llegar a su destino, besó nuevamente a la morena, de manera desesperada.


—Sabes, no he visto esta película en años —dijo llevándose una palomita a su boca.

—¿Desde cuándo?

—Hace 9 años más o menos. La última vez que la vi fue esa vez que la vi contigo, desde ese día no la veo.

—¿En serio?

—Sí, iré por más palomitas —se levantó y fue a la cocina.

En ese pequeño momento, las ideas de la morena volaron, imaginándose miles de situaciones junto al pelinegro. Era imposible, seguía amándolo igual como antes, y no lo podía evitar.

Volvió junto con muchas más palomitas y las dejó en la mesita de centro, volvió a sentarse y está vez Andy la abrazó.

—Yo tampoco he visto esta película desde esa vez —confesó.

ETERNAL | Andy Biersack | Alissa LindbergDonde viven las historias. Descúbrelo ahora