ETERNAL | Andy Biersack | Alissa Lindberg

3

—Andy, con tu padre iremos a ver a la abuela, ¿estás seguro que no quieres ir? —dijo su madre sonando dulce para no molestar a la resaca de su hijo.

—Otro día mamá, ¿le puedes entregar esto a la abuela? —dijo entregándole un sobre mal hecho.

—No te preocupes, ¿no necesitas nada?

—No, gracias mamá —sonrió como niño pequeño.

—Te dejé el desayuno en la cocina, te amo —le dio un beso en su frente y cerró la puerta.

—Vamos Andy, levantate, eres demasiado flojo y glotón para ser tan delgado. Que rabia, tu comes todo lo que quieres mientras que yo intentando cuidarme, ya que cada cuadrito de chocolate que como, son 5 kilos de grasa. Odio a tu especie, pasan todo el día comiendo y en cama, sería lindo que hicieras el esfuerzo conmigo y supieras lo que es engordar por cada caloría que consumes, maldito raquítico.

—También te quiero Alissa —rió a carcajadas por el monólogo de la morena.

—Pesado, vamos Andy, levantate, eres delgado pero tienes tus kilos bien guardados tonto —intentó arrastrarlo fuera de la cama.

Miró a su alrededor con nostalgia, se sentó al borde de su cama siguiendo un camino de recuerdos en medio del desorden que había causado el otro día; y que su madre en una buena actitud, ordenó lo más que pudo, dejando como excusa algo en lo que su hijo se tendría que distraer.

—Tu madre dijo que había desayuno en la cocina, después que se fue lo ordené y lo traje —sonrió orgullosa.

—Gracias —se hizo a un lado donde Alissa se sentó y ambos comieron.

—Por cierto, tengo que entregar unos sobres cerca, ¿me acompañas o prefieres quedarte esperando?

—Voy, lo que sea menos estar aquí aburrido.

Bajó las escaleras y fue a la cocina a comer el delicioso desayuno que le dejó su madre. Una vez que terminó, subió nuevamente a su habitación, se cambió de ropa y ordenó un poco el desorden, tirando a la basura aquellas cosas rotas que "accidentalmente" tiró.

Suspiró al encontrar una cajita de metal roja decorada con unicornios, estrellas y cosas de color pastel.

—¿No crees que no combina para nada con tu estilo? —dijo al ver el resultado.

—Oh vamos, es hermosa.

—Demasiado —dijo sarcástico

—Dejé un par de cosas aquí, pero solo lo vas a poder abrir el 10 de abril.

—¿Por qué?

—Porque hay una bomba que se desactivará ese día, a las 0:00 hs del 10 de abril ya estará desactivada —sonrió.

—Muy graciosa tu manera de matar al gato con su curiosidad.

—Hola Andrew, pasa —dijo la señora Lindberg jalandolo hacía dentro —. ¿Quieres algo de beber o comer? ¿O necesitas ir a buscar algo de la habitación de Alissa?

—Acabo de desayunar, pero gracias. Venía a buscar unas poleras.

—Claro, adelante, éstas en tu casa —sonrió para luego irse a la cocina a seguir haciendo sus cosas.

No perdió más tiempo y subió las escaleras rápidamente.

“No pasar
A no ser que seas Andy o mis padres”