Café y Cigarros

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Había llegado el momento. Faltaban unas semanas para la pasarela de empresas Choi, esa que daban todos los años, pero esta vez, no sólo sería una pasarela más, si no que los diseños eran de su querido Lee Taemin, al cual presentaría como a su prometido terminando el desfile. Woohyun le había mostrado los diseños terminados. Simplemente perfectos.

Taemin estaría muy encantado de ver sus diseños en la pasarela, la simple idea de ver su rostro sorprendido le causaba a Minho mucha felicidad. Todo ya estaba terminado, pero no le había contado nada de sus planes a Kai o a Jonghyun, ya que quería que fuera una sorpresa para todos. Ahora sólo le hacía falta arreglar su problema con Yuri y poder ser completamente feliz al lado de su Lee Taemin...

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-sí, mueve eso de lugar, y esos otros muebles dónalos...

Habían pasado ya tres semanas desde que Key llegó a Seúl. Había comprado pintura nueva para el departamento en tonos rojos, blancos y cafés, al igual que los muebles y la decoración. Las rosas que se habían quedado secas por tanto tiempo las arregló y las puso dentro de un cuadro para decorar una de las paredes del pasillo y las fotos, todas las guardó dentro de uno de los cajones del buró, ya que parecía un masoquista pero no se podía deshacer de esas cosas todavía.

Arreglar su departamento le había sentado muy bien, pues ya no se sentía tan decaído como cuando llegó. Estar ocupado hacía que no pensara en nada y era justo lo que necesitaba, no quería pensar en Woohyun y su boda con él y mucho menos...en volver a ver a Jonghyun. La simple idea hacía que sintiera un nudo formándose en su estómago.

No sólo se ocupó de arreglar su departamento, oh, no. Cuando salió corriendo de Seúl, se llevó conmigo muchos proyectos y planes y como hoy en día es posible, había creado una empresa a distancia. Si necesitaba alguna presencia mandaba a Woohyun como su representante legal y eso era más que suficiente aparte de las video conferencias.

Pero Woohyun tenía razón en lo que le había dicho: era tiempo de que dejara de correr en la dirección contraria, ya llevaba haciendo eso cuatro años y no lo iba a aguantar mucho más. Se presentó ante su empresa como Presidente de compañías PINK-Fashion, como tuvo que ser desde el principio, se puso su mejor traje Armani, y se fue a dirigir la empresa que tanto trabajo le costó levantar, porque ya no se iba a dejar pisar otra vez, y el miedo nunca le volvería a acorralar.

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Taemin había estado muy nervioso últimamente. Minho ya no lo iba a visitar como antes, ya rara vez se veían y siempre estaba ocupado él o estaba ocupado Taemin. Quería ser racional y entender que estaba muy ocupado pero tenía un extraño presentimiento. Hace una semana, la última vez que se había quedado con él, notó una mancha ligera, casi imperceptible de lápiz labial sobre el cuello de su playera.

Taemin quiso creer que estaba loco, que lo más seguro es que se la hubiera hecho alguna de las oficinistas en alguna despedida rápida pero cuando uno tiene celos de la persona que ama, es imposible pensar coherentemente. Pensó en preguntarle a Minho, pero ya que no lo había visto, no quería atosigarlo con estúpidas preguntas que estaba seguro no lo conducirán a nada. Mejor se lo preguntaría al término el festival.

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Jonghyun se encontraba en su departamento, ya le había llegado el traje que usaría para la presentación de la pasarela, los zapatos y el perfume. Kristal se había ofrecido a ayudarle a elegir todo, pero francamente no quería que le eligiera su atuendo, eso sólo lo hace mucho más íntimo. ¿Qué diablos estaba haciendo con su vida? 

 Jonghyun creyó conveniente salir a caminar un rato para despejar su mente. Se puso una chaqueta color crema, una gorra y unos lentes oscuros, quería ser sólo un ciudadano más y no llamar demasiado la atención.

Comenzó a caminar por las calles de manera lenta, faltaba poco para que el sol se ocultara, pero eso no le molestó en lo más mínimo. Había estado ahogado en la rutina y ahora lo único que quería era descansar. Pasó por una plaza y compró un paquete de cigarros y un café late. Se sentó en una banca que quedaba enfrente de una fuente la cual rebosaba de vida al reflejar aquellos destellos de luz amarilla y rojiza del atardecer. Por fin silencio. No ruido de oficina, ni papeleo, ni de Kristal intentando estar enfrente de él todos los días...nada.

-¿Ese asiento esta sólo?

No supo en qué momento llegó, pero un chico más o menos de su edad, igual de cubierto que Jonghyun, estaba a su lado buscando una respuesta.

-Eh...claro. -le respondió.

Ese chico también traía un café y un paquete de cigarros en la otra mano. Curiosamente era de la misma marca que los que Jonghyun traía.

-¿Día difícil? -Intentó preguntar para entablar conversación.

-Sí, no te imaginas cuanto, mucho papeleo que hacer.

-Vengo seguido a este parque y no te había visto, ¿Eres nuevo en el vecindario?

-Sí, algo así. Acabo de regresar del extranjero. Estuve ausente un par de años pero ya necesitaba volver, tenía cosas y personas que ver.

-¿Y te quedarás?

-Eso quiero. No quiero regresar al extranjero, quiero estar con las personas que quiero, tengo amigos que quiero ver después de este tiempo y otras a las que quiero evitar, por supuesto.

El resto del tiempo permanecieron en plática riendo de muchas cosas que se les venían a la mente y honestamente, Jonghyun tenía mucho de no reír así, de una forma sincera y sin aparentar estar feliz o interesado en una conversación cuando realmente no lo estaba.

Cuando menos se dieron cuenta, el sol estaba a punto de desaparecer por el horizonte. El café de sus vasos se había terminado y ellos seguían perdidos entre sus risas.

-¡Oh!, perdona, no me di cuenta del tiempo y me tengo que ir, se me fue el tiempo platicando placenteramente contigo...

-No te preocupes- le decía Jonghyun mientras comenzaba a abrir su caja de cigarros -Le puede pasar a cualquiera...

Entonces Jonghyun lo miró, ese chico estaba haciendo exactamente lo mismo, abría su paquete de cigarros, tomaba uno y se lo llevaba a la boca. Lo observó totalmente pedido en cómo se llevaba el cigarro a los labios y luego expulsaba el humo de manera lenta, casi hipnótica. ¿Ya lo había visto antes? no lo recordaba.

Le volteó a ver y le sonrió de medio lado mientras apagaba su cigarro en el cenicero arriba del bote de basura.

-¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así?

-La manera en la que fumas, no sé, me sorprendió.- Dijo Jonghyun sinceramente.

Se dio la vuelta, y lo escuchó decir al viento: No hay nada mejor que fumar cuando la puesta de sol es cálida. Es...relajante.

Pudo ver cómo su cuerpo se iba haciendo cada vez más pequeño, y más porque comenzó a correr lejos de ahí. Jonghyun se levantó de la banca, llevó el cigarro que acababa de prender a sus labios y entonces cómo una marea que sacude todo tú cuerpo, las palabras regresaron a él con una gran intensidad: No hay nada mejor que fumar cuando la puesta de sol es cálida. Es...relajante. En ese instante el cigarro cayó de sus labios...

-Kibum...ha vuelto.

Salió corriendo lo más rápido que sus piernas se lo permitían, sentía el corazón en la boca pero ni así se detenía. ¡Era un estúpido! Lo tuvo a un lado y no lo pudo reconocer...le daba vueltas en todas las esquinas de las calles intentando ver su figura pero ya no estaba. Lo había estado buscando más de tres horas pero fue en vano.

Llegó de vuelta a su departamento, aventó la ropa que traía de más sobre el sillón, y fue a su mini bar. Una ilusión, sí, eso debía ser, ya estaba tan loco que ahora imaginaba que platicaba con él. Ahora sólo le quedaría beber hasta que esa ilusión lo dejara solo, como lo ha hecho muchas veces antes. Él solo en una habitación, con muchas dudas de por qué diablos lo había dejado así, pero si realmente era Kibum a aquel al que había visto, no iba a parar hasta dar con él y pedir explicaciones, ya que le debía, ¡y muchas!

Hasta que la moda nos separe  [2MIN/JONGKEY ] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora