Laura
— No puedo creer que no haya una maldita prueba de que fue Ross. — bufo dándole otro sorbo a mi bebida.
— Tal vez no estás buscando en el lugar indicado.
— ¿Qué se me escapa? Ella era su novia, lo vieron salir de su casa, escucharon los gritos de ella... Pero no hay huellas en el cuerpo de la víctima. No lo entiendo. Ni siquiera se ha olvidado algo.
— ¿Por qué él? — pregunta Ash.
— Es el principal sospechoso porque su relación estaba teniendo problemas, ella no era muy sociable así que no había más personas que la quisieran muerta.
— ¿Qué pasó con los otros abogados...?
— Recibieron amenazas y uno murió cuando se negó a abandonar. El resto se fue del caso... Lo raro es que todos se van en un determinado momento y muy nerviosos.
— Como si hubieran descubierto la verdad...
— Y los hubieran amenazado para que no salga a la luz...
Ashley comparte una mirada conmigo. Sé exactamente lo que está pensando. Quiere que me salga porque sabe que yo no lo abandonaré.
— ¡De ninguna manera! No me dejaré intimidar. Si se la verdad, lo diré.
En ese momento, un hombre se sienta al lado mio bastante cerca.
— Que agradable sorpresa... — murmura.
— ¿Qué haces aquí, Ross? — pregunto confundida.
— Solo pasaba por aquí.
— ¿Me estás siguiendo?
— No te creas la gran cosa. Solo fue casualidad.
— Oye, saca tus manos de mi amiga en este instante. — dice Ashley enojada. Ni siquiera me había dado cuenta de que su mano estaba en mi pierna.
— Ella no ha dicho nada.
Ruedo los ojos y retiro su mano. — Eso es porque no me he dado cuenta, imbecil.
— Tienes carácter. Me gusta. — dice sonriendo de lado.
— Repito, ¿qué haces aquí? — pregunto.
— ¿No puedo simplemente sentarme al lado de una hermosa mujer y tomar unas copas?
— Ahora vuelvo... — murmura Ashley para luego irse.
¿Me acaba de abandonar con un jodido asesino? ¿Qué clase de amiga es esa?
Me giro hacia Ross fulminandolo con la mirada. — Si lo que pretendes es acostarte conmigo, estás perdiendo el tiempo.
— ¿Lo estoy? ¿Segura?
— Muy segura. Soy virgen. Créeme que jamás le entregaría mi virginidad a un imbecil, y además un asesino, como tu.
— ¿Eres virgen a los 27 años? ¿Nada de novios?
— Nada. Tu no serás el primero. — digo para luego concentrarme en el estúpido partido que estaban dando en la televisión.
— Hagamos algo... — murmura Ross en mi oido luego de unos minutos. — ¿Qué equipo crees que ganará?
— ¿No es obvio? Barcelona. Siempre gana, o la mayoría de las veces.
— ¿Te gusta el futbol?
— No, pero Matt es fanático de Barcelona y nos obliga a ver los partidos junto a él.
— Si Barcelona pierde, saldrás conmigo a una cita cada sábado durante estos tres meses hasta que sea el juicio.
— ¿Y si gana?
— Y si gana, te dejaré en paz y no tendrás que verme hasta la próxima audiencia. Incluso, hasta me declararé culpable.
— Hecho. De todas formas, perderás. Faltan diez minutos y está ganando por un gol. — digo segura.
— Eso ya lo veremos.
— ¿De verdad te declararás culpable? — pregunto.
— Claro. Una apuesta es una apuesta.
— Bueno... No te extrañaré en absoluto, créeme.
Ross suelta una carcajada. — No lo harás. Decuida. ¿Adivina quién acaba de meter gol? Oh, y han agregado tres minutos.
— Bien, es un empate. Nadie gana ni nadie... — comienzo a decir pero él me interrumpe sonriendo de lado.
— Gol.
Que sea de Barcelona, que sea de Barcelona, que sea de Barcelona...
— ¿Nos vemos el próximo sábado a las ocho de la noche? — pregunta mientras se levanta y yo miro sorprendida la pantalla.
Barcelona había perdido. Mierda.
— Yo...
— Ponte tu mejor vestido. Pasarás un buen rato. — me guiña el ojo y se dirige hacia la salida pero se gira para obsequiarme una última sonrisa de lado. — A tu amigo le faltó ver un partido al parecer.
— ¡Has hecho trampa! — exclamo indignada.
— En el amor todo lo vale. Buenas noches, cariño.
Ruedo los ojos y él finalmente se va.
Iría a una cita con Ross Lynch cada sábado. Esto iba a salir muy mal. Demasiado mal. No debería haber aceptado la apuesta.
Estoy realmente jodida.
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Law Above Seduction RAURA (One shot)
Random"A veces las personas que más amas, son las personas que más te dañan." Laura le verá sentido a esta frase cuando Ross Lynch entre a su vida. Ella lo salvó. Él la destruyó.