Me miro en el espejo y me preparo mentalmente para iniciar un nuevo año escolar, acumulo toda la fuerza que me es posible pero los nervios me ganan, hace poco llegamos a esta ciudad y hemos tardado un poco en acoplarnos porque es duro dejar toda una vida atrás y simplemente tomar la decisión de irte e iniciar de cero.
Termino de arreglarme o bueno, hago el intento para verme presentable, un grito desde la planta baja de la casa me saca de mis pensamientos, escucho como mi padre nos llama a mi hermano y a mi a tomar el desayuno.
—Naty, sebastian, bajen por favor se va enfriar.
—¡Ya vamos! — respondemos al unísono mi hermano y yo.
—¿Están preparados para este nuevo año? — Dice mi padre muy eufórico, a él le hizo muy bien el cambio de ciudad y está más emocionado que nosotros.
—Supongo —respondo sin mucho entusiasmo.
—Ánimo cariño, será increíble, tendrás nuevas amigas y serás la mejor en todo lo que te propongas.
—¡Si hermanita! —me grita mi hermanito menor y esbozo una sonrisa, lo amo, amo a mi hermano con todo mi ser, el solo tiene 6 años, pero es muy inteligente para su edad y comprende todas las situaciones.
Me fijo en la hora y ya se nos ha hecho tarde.
—¡Vaya! Vamos a llegar tarde a nuestro primer día.
Apresuro a mi hermano y luego voy por mi mochila.
Gracias a Dios la escuela no queda lejos por tanto podemos ir caminando aunque esta vez vamos corriendo.Durante el camino continúo preparándome psicológicamente para el primer día. ¿Cómo será? ¿Le caeré bien a las personas? ¿serán amables? Un montón de preguntas rondan por mi mente, estoy muy nerviosa debo admitirlo.
Cuando llegamos me quedo en la entrada un momento, no se porque pero me estoy cuestionando si entrar o no, obviamente tengo que hacerlo y lastimosamente mi hermano y yo tomamos caminos diferentes ya que el es mucho menor que yo. Llego al lugar y unas chicas me reciben con una hermosa sonrisa, me dieron confianza, me relaje un poco más y escuché con atención las instrucciones del director de la escuela. Luego nos dirigimos a las que serían por el resto del año nuestras aulas de clase, tomo asiento junto a las chicas que conocí hace poco y conozco a la nueva maestra, se presenta y hace que todos nos presentemos. Cuando llega mi turno respiro profundamente y digo:
Bu-buenos días —tartamudeo un poco —ehhh mi nombre es Natasha Gilbert Gonzalez, tengo 17 años y soy nueva en esta escuela y en la ciudad, vengo de Bogotá —suelto un suspiro, la maestra me indica que puedo sentarme y me lanza una sonrisa que me da tranquilidad.El día se pasa muy rápido y vuelvo a casa junto a mi hermanito, el me cuenta sobre su primer día y no puede con tanta emoción, ya tiene muchos amiguitos y está feliz.
Llegamos a casa, almorzamos y llamamos a mamá por videollamada aun no puede mudarse con nosotros por su trabajo, pero promete que pronto estará aquí.
Subo a mi habitación y me deshago del uniforme que no es tan feo como el de mi anterior escuela pero aún así es incomodo, quiero ir a dormir así que solo me acuesto y caigo en un profundo y relajante sueño.
Así termina mi primer día. Mi vida no es muy emocionante que digamos, de hecho mi vida es bastante aburrida pero seguiré a la expectativa.
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Indiferencia
Teen FictionElla es tímida, pero valiente, es fuerte pero débil, su vida es tranquila y hermosa hasta que tiene que mudarse e iniciar en un nuevo lugar junto a nuevas personas. ¿Podrá ella con esto? A su vida llegan personas increíbles que la incitan a locuras...