No me obligues: Capítulo 9

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Los problemas en casa siguen, hace mucho no veo a mamá y es realmente duro aceptar la distancia porque la necesito conmigo, ojalá ella dejara su trabajo por nosotros y volviera a casa, con su familia.

Amelia Tuckson es con quién mejor me la llevo del grupo de niñas, estoy segura de que esa mujer está loca y talvez eso es lo que más me agrada de ella, excepto cuando me obliga a hacer cosas que no quiero...

*LLAMADA TELEFÓNICA*

—No me gustan las fiestas, odio las fiestas y lo sabes —le decía muy enojada.
—Amiga, ya estamos en vacaciones por favor, eres joven y bella tienes que disfrutar la vida.
—Amy —así le gusta que la llamen —ya te he dicho que no.
—Naty ya hablé con tu papá y está de acuerdo en que salgas, tu vida solo es la escuela y el fútbol, tienes que darte un respiro, además adivina quién va a estar en la fiesta...

Juro que mi corazón se quedó paralizado cuando ella dijo eso

—Así es amiga, tu chico.
—y dime Amy, ¿por qué crees que iría por el?
—¡vamos amiga! Son novios y él te encanta, además podrás bailar con el, anda vamos —mi amiga me rogaba demasiado y no quería que se pusiera intensa.
—igualmente no tengo nada adecuado para una fiesta.
—eso no es problema. Yo puedo prestarte algo.
—¿Uno de tus putivestidos? No, gracias prefiero ir con uno de mis perfectos jeans.
—¿Queeeeeeee? Pero por supuesto que no, primero, yo no uso putivestidos y te mataré por decir eso —odio cuando me hace show —segundo, ya voy para tu casa y tercero llevo un vestido hermoso y sé qué te quedará per-fec-to.
*FIN DE LA LLAMADA*
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Cuando escuché el timbre de casa, supe que ésta sería la peor noche de mi vida, con mucho desgano me dirijo a abrir la puerta.
-¡Amigaaaaaaaaa!
-¡Dios Amy!, tan silenciosa como siempre.
-Deja de ser tan amargada, sé que ésta es tu noche y tengo que ponerte más hermosa de lo que eres.

-Quedate quieta y ven aquí-me gritaba Amelia desde el otro extremo de la habitación-Natasha es una orden.
Estaba siendo perseguida por toda la habitación como si fuera una criminal, frené en seco —un momento, ¿De cuando a acá tú me das órdenes? Además ya te dije que no usare ese vestido, se me verá todo.
-Deja de ser tan dramática, no se te verá nada, eres muy exagerada, tienes un cuerpo tan perfecto que hasta a mi me da envidia. Este vestido te quedará de maravilla.
—Amy, es en serio no usare eso.
—Solo ven aquí y pruébalo.
—No entiendo porqué siempre termino aceptando tus caprichos.
—Porque me amas amiga.
—Eso es lo que tú crees, ayúdame a subir el cierre, no lo alcanzo.
—¡Aaaaaaaaaaa!
-Callateeeee, no grites.
-Amiga te ves sencillamente hermosa. Creo que voy a llorar, sí, lloraré.

Amy es muy exagerada, pero tenía razón ese vestido me quedaba bien, no podía creer lo que veía en el espejo. Nunca pensé verme de esa manera siempre he sido muy sencilla y casi no me maquillo, soy de usar jeans y tenis muy pocas veces uso vestidos pero, lo que veo en el espejo es realmente sorprendente, me veo hermosa.

-Ahora solo queda maquillarte y que yo me arregle, tu padre nos llevará a la fiesta.
-Solo espero que no tenga que cargarte de camino a casa porque juro que te mato.
-Obvio no amiga, no soy una alcohólica o algo así, me portaré bien, lo prometo.

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Papá fue muy amable y nos llevó hasta el lugar de la fiesta, yo me sentía un poco incómoda por el vestido que llevaba y los super tacones que me obligó a usar Amy. Ella iba vestida con un apretado vestido rosa que le quedaba perfecto a su tonificado cuerpo.
Cuando llegamos pude notar como la música estaba a punto de estallar las ventanas de la casa en donde era la fiesta.

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