Han pasado ya casi 6 años desde que Bill fue derrotado. Dipper y Mabel regresan para sus últimas vacaciones de verano antes de ingresar a la Universidad, pero un nuevo enemigo aparece en el pueblo, ligado aun importante descubrimiento realizado por...
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Este iba a ser el último verano que iban a pasar en Gravity Falls antes de ser oficialmente universitarios y no pensaban desperdiciarlo, después de todo Dipper y Mabel estarían en Facultades diferentes aunque la Universidad fuera la misma. Dipper se postularía para la Facultad de Ciencias, mientras Mabel ingresaría a Bellas Artes. Habían pasado ya casi 6 años desde que habían derrotado a Bill Cipher y salvado a Gravity Falls (y de paso al mundo) del Caos y la Locura. Cada verano Dipper terminaba de escribir un Diario nuevo, ya que los de su tío habían sido destruidos. Cada año sentía que ya había alcanzado al límite de todo lo que podía aprender o descubrir del Pueblo y su extraña actividad Paranormal, cuando algo nuevo aparecía.
Por su puesto, su tío Ford había sido de gran ayuda, pues su experiencia era innegable y ahora que surcaba los mares en busca de monstruos con el tío Stan, toda su mente era invaluable. Dipper dio vuelta en una desviación, siguiendo la ruta del GPS. Ahora que ya estaban por ingresar a la Universidad, a cada uno le habían comprado un auto y Dipper había accedido a llevar el suyo el verano para evitar sentir la muerte cada vez que Mabel tomaba el volante.
– ¿No te emociona regresar por 6° año consecutivo? – preguntó Mabel desde el asiento del Copiloto con la mirada radiante – Ver a Soos, a Wendy, al tío Stand y Ford ...
– No olvides a Pacífica – mencionó Dipper
– ¡Oh vamos! – exclamó Mabel – Ya sé que ustedes se llevan mejor desde que perdieron casi toda su fortuna, pero sigue siendo mi "archienemiga".
– ¿En serio siguen con eso? ¿No están algo grandes para esas cosas?
– Nunca se es demasiado viejo para tener a un "archienemigoooooo" Ahí tienes al tío Stan y Buddy Alegría.
– Bien, me atrapaste en esa. ¡Ya casi llegamos!
Al fondo del bosque se veía la ya familiar Cabaña del Misterio. Cada año la veían más vieja y destartalada que antes, pero en esta ocasión la veían perfectamente limpia y arreglada, con varios decorados alrededor y muchas flores de varios tipos y colores.
– ¿Estás seguro que esta es nuestra Cabaña del Misterio? – preguntó Mabel mientras bajaba del auto ya estacionado.
– Tiene que ser – respondió Dipper tan confundido como su hermana – A menos que se trate de una broma del GPS.
Comenzaban a acercarse cuando una voz familiar surgió detrás de ellos
– ¡Chicos! ¡Llegaron!
– ¡Wendy! – gritaron los gemelos mientras su amiga los abrazaba
– ¡Me da tanto gusto verlos! ¡Y Vaya Dipper! ¡Cada año estás más alto! A este paso no tardarás mucho en alcanzar a mis hermanos.
– ¡Pffff! Ni lo menciones – dijo Mabel quejándose de la corta (pero evidente) diferencia de estatura entre ambos.
