TEMPORADA 1 / EPISODIO 8 : LA UMBRA

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Dipper llegó a casa de Wendy un poco más tarde de lo planeado, pues Pato se había subido al auto y tuvo que regresar para entregárselo a Mabel y posteriormente retomar camino

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Dipper llegó a casa de Wendy un poco más tarde de lo planeado, pues Pato se había subido al auto y tuvo que regresar para entregárselo a Mabel y posteriormente retomar camino. Observar la casa con esa sensación de nervios le hacía sentir nostalgia y confusión. "Tal vez mis nervios son porque me recuerda lo que Wendy me hacía sentir entonces... y por eso Mabel cree que me gusta Maddie" pensó, pero una voz interna le decía que tan sólo estaba buscando excusas.

Agitó la cabeza para quitarse esas locas ideas de una vez, respiró hondo y salió del auto. Agarró las dos bolsas de frituras y el refresco, caminó hacia la puerta y llamó tres veces. El Leñador Dan, papá de Wendy y tío de Maddie abrió la puerta.

– Hola, Pines – saludó con su voz fuerte y varonil – ¿Vienes a ver a Wendy? Porque no está.

– Ah... en realidad vine a visitar a Maddie

– ¿A Madeleine? – preguntó extrañado agarrando un trozo de leña – ¿No preferirías hacer algo más varonil? – dijo partiendo en dos la madera. – Necesitas músculos, muchacho.

– ¡Tío! ¡Ya te escuché! ¡Deja en paz al chico o le diré a Wendy qué sucedió realmente con su chamarra de piel!

– De acuerdo – dijo el tío haciéndose a un lado alzando la mirada – Está en la habitación de arriba.

– Gracias – dijo Dipper y subió las escaleras.

Sin importar el tiempo, siempre se sentía cohibido a lado del leñador. Subió las escaleras y abrió la puerta de la habitación de Wendy. Esperaba encontrar a la chica recostada en la cama, pero no la veía en ningún lado. Dejó las frituras y el refresco sobre la cama y se sentó a esperar. Pasaron pocos minutos antes que Maddie entrara a la habitación. Llevaba jeans y la playera que Dipper reconoció de inmediato. Traía el cabello suelto y sin arreglar. Pero sobre todo, llevaba sus guantes de motociclista puestos. Caminaba bien, pero aún necesitaba de la muleta para moverse. El chico se levantó para ayudarla, pero Maddie lo detuvo.

– No necesito ayuda, gracias – lo dijo con amabilidad, algo a lo que el chico aún no se acostumbraba – Ya me siento bastante inútil necesitando de esta cosa para ir a cualquier parte. – dejó la muleta a un lado de la cama y se quitó las botas.

El chico notó que estaban polvosas y con algo de lodo. Al chico se le hizo extraño, tomando en cuenta que Maddie no debía salir por instrucciones médicas. La joven debió adivinar lo que estaba pensando porque aclaró:

– A veces salgo al patio trasero a que me de un poco de sol – dijo – Traté de escabullirme ayer para ir con los amigos de Wendy, pero mi tío Dan nos descubrió.

– ¿Desde entonces está aquí contigo? – preguntó el chico abriendo las frituras con cierto nerviosismo. Maddie olía a bosque y a frutos silvestres. Como si hubiera regresado de un paseo entre los árboles.

– Sí, se ha vuelto realmente paranoico. – se quejó la joven – Pero es algo de familia, así que ya me acostumbré. – agarró una bolita de queso y la masticó con calma, pareciera que de verdad moría por comer una. – ¿Trajiste la cámara? – Preguntó mientras agarraba otra fritura.

LAST SUMMER (TEMPORADA 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora