EPISODIO 16 "SIEMPRE SEREMOS HERMANOS"

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Sólo los Pines, Quincy y Maddie regresaron a la Mansión. La menor de las Corduroy había convencido a su prima de que debía llevar a sus amigos a casa y que ella estaría bien, además de prometer que cualquier emergencia avisaría de inmediato.

– ¿Segura que estarás bien? – le había dicho – Es decir, no todos los días te enteras que además de ser vidente tienes el poder de un dios del caos en tu mano... literalmente.

– Estaré bien – había asegurado – Además... necesito descansar un poco y distraerme. Sabía que algo así sucedería, pero jamás que sería tan deprisa.

– De acuerdo – aceptó – Pero hazme un favor y no te aisles de todos. ¿De acuerdo? Mabel me contó algo sobre una plática que tuvieron la otra noche y estoy harta de que siempre quieras hacer todo sola. – le había reprendido – Tal vez con tu madre debes sobrevivir por tu cuenta, pero aquí estamos juntos ¿sí? Dipper es buena persona (y no, no es para que pienses en tener cita con él), Mabel es un encanto y tú eres una extraña combinación de ambos en un cuerpo Corduroy. Deja de pensar que eres un pobre lobo solitario vagando por la vida...

– ¿Lobo solitario? – preguntó con una sonrisa.

– Es una metáfora – explicó – Sólo quiero que sepas que aunque mi tía sea una loca paranoica con complejo de persecución, no tiene derecho a arrebatarte lo único bueno que hay en este pueblo.

– ¿Mi familia? – preguntó Maddie algo cansada del reproche.

– Amigos – corrigió. Y eso logró sacarle una sonrisa a la chica. – Eso está mejor.

Una vez instalados en el comedor para cenar (morían de hambre y cansancio) Maddie les explicó que (a pesar de lo que pensaran) no recordaba cómo se había hecho las cicatrices en las manos, ni desde cuándo había comenzado a tener visiones.

– Lo único que sé – explicó – es que, cuando algún ser sobrenatural se aproxima o me lastima, puedo defenderme con la extraña magia que poseen mis cicatrices. Creí que eran parte de mi videncia y jamás vi un ojo brillante en ellas.

– ¿Y porqué no nos lo dijiste antes? – preguntó Mabel – Somos tus amigos.

– Por vergüenza... y miedo – respondió Maddie – Sé que son mis amigos, pero ustedes nunca han sabido lo que es estar solo. Completamente solo. Y no es menospreciarlos ni nada parecido, de hecho los envidio. Ustedes 4 siempre han tenido a su hermano, es decir, nacieron juntos... Yo siempre he estado sola. Siempre fuimos mi madre y yo y tengo pocos recuerdos de mi padre... así que... tenía miedo a que no lo comprendieran.

– Pero, me mostraste tus cicatrices – comentó Dipper.

– Sólo las de la mano izquierda, que son las menos marcadas – contestó ruborizada – Yo... temía volver a quedarme sola si les decía toda la verdad... No quería ponerlos en riesgo y creo que solamente empeoró todo.

– En realidad... yo sí te entiendo – respondió Stan tras un corto silencio y todos lo voltearon a ver – Tú no lo sabías, pero Ford y yo estuvimos separados por más de 30 años... por un error que yo cometí. No tenía nadie a quien llamar "familia" hasta que los padres de Dipper y Mabel decidieron enviarlos para acá hace 6 años.

– Sí, yo también – confesó Ford – A pesar de dedicar mi vida a lo que más me gustaba siempre sentí ese hueco en mí, que me negaba a ver.

– Cuando Mabel quedó atrapada en esa extraña burbuja durante el Raromagedón... – dijo Dipper – ... la estuve buscando por 3 días, porque de cierta manera, sabía que no podría seguir adelante solo...

– Mi esposa e hijo me abandonaron cuando borré mi memoria casi por completo – dijo el viejo Fiddleford.

– Yo no había salido de casa a conocer más personas debido a la condición de mi madre – confesó Quincy.

LAST SUMMER (TEMPORADA 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora