Han pasado ya casi 6 años desde que Bill fue derrotado. Dipper y Mabel regresan para sus últimas vacaciones de verano antes de ingresar a la Universidad, pero un nuevo enemigo aparece en el pueblo, ligado aun importante descubrimiento realizado por...
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– Así que... ¿Cómo te fue con Dipper? – preguntó Wendy después de despedirse de Soos y Melody, mientras el auto se perdía en la distancia y se acercaban a la cabaña.
– Bien, supongo. – respondió la chica, esperando el interrogatorio desde que subieron al auto – Es buena persona.
– ¿Buena persona? – preguntó Wendy incrédula – ¿De todos los adjetivos existentes eliges el más indiferente de todos?
– Bueno ¿Qué esperabas que dijera? Sólo convivimos un día...
– TODO un día... – añadió Wendy – ... hola papá – Saludó a su padre que cortaba troncos fuera de la cabaña.
– Hola tío. – saludó y continuó su plática – Sí, bueno. Un día completo. ¿Qué tiene eso de interesante? – subieron las escaleras hasta entrar a la habitación de Wendy, en ella estaba todo desordenado. La cama la habían movido a una esquina para hacer espacio a la colchoneta donde la chica nueva dormiría todo el verano.
– ¿Qué tiene de interesante? Maddie, vi tu expresión cuando te lo presenté. Estabas totalmente impactada. Sólo he visto esa expresión en tu rostro una vez.
– Agh, por favor dime que no hablas de la vez del armario escolar – se quejó Maddie recostandose en la cama de su prima.
– Sabes que jamás te dejaré olvidarlo – bromeó la pelirroja mayor – Además, somos las únicas mujeres de toda la familia Corduroy, si no te puedo molestar con cosas de chicas seríamos iguales a todos nuestros primos y a mis hermanos.
– Jamás debí enamorarme de Chris – dijo la chica para sí.
– En eso estoy de acuerdo. Es la persona más desagradable con la que has estado... a diferencia de Dipper ¿cierto?
– ¿No me vas a dejar en paz hasta que te cuente con pelos y señales lo que ocurrió, cierto?
– Soy toda oídos – afirmó Wendy mientras se sentaba en la cama y se quitaba la camisa para ponerse la pijama.
– Bien... Pero no vayas a golpearme ¿de acuerdo?
– Prometo no golpearte muy duro
– Bien.
Maddie comenzó a narrar todo lo que había sucedido desde que habían subido al auto para salir al pueblo hasta que regresaron a la cabaña. Wendy tuvo que golpearla unas cuantas veces conteniendo su fuerza, pero cuando supo que se había negado a trabajar con él la golpeó con bastante intensidad, pues a su manera de ver, realmente lo merecía. El resto del relato fue más aburrido, así que pudo respirar y controlarse para no aventarla por la ventana.
– ¿De verdad te negaste a trabajar con él? – le reclamó con fiereza – ¿Aún después de decirle que eres Crazy Spectre?
– Sabes lo que opina mi madre sobre aparecer en internet. Ni siquiera me permite usar ninguna clase de red social.
