Capítulo 1

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Elena

Entre al club y pase directo a la barra.

—¡Gigi, dame lo del jefe y mi martini, que esta de malas! —dije y ella me lo sirvio.

Tome mi martini y la bitella de sambuca de mi papá y mi hermano.

Me acerque a la oficina y le dije la botella a mi papá.

—En conclusión, perdiste la mercancía, Dimitri —dijo molesto y mi hermano bufo.

—Fue un error, lo asumo, papá, pero te pagaré la perdida— mi papá tomó su saco y se lo colocó estilo del mundo.

—Tu mamá y tu hermana te esperan, mi pequeña, ¿nos vamos? —me dijo y yo negue.

—Papi, estoy esperando a Dina, te prometo que antes de las dos estoy en la casa.

Papá me miro desconfiado y yo le guiñe el ojo.

—Junior, estás pendiente —le dijo a mi hermano y él asintió—, antes de las dos te quiero durmiendo— asentí ante su mirada seria y salio de ahi.

Mire por las cámaras y vi cuando arrancó el auto y Dimitri me tiró las llaves del Lamborghini.

—¿Sabes qué él debe saber? Papá fue corredor, nena—chasquee la lengua—, esta bien, cuidate, pequeña— le di un abrazo y me guiñó un ojo.

Larisa

Me encontraba estudiando y comiendo pan con chocolate cuando mi teléfono sonó.

—Preciosa —sonreí al oir la voz de mi angelito, es decir, Alessio.

—Corazón, hola— dije.

—Mira, fiesta dentro de una hora, tipo normal, en casa de Giorgio, te espero abajo, apúrate que tienes que salir antes de que llegue tu papá— saque mi falda negra, junto a mi crop top rosa y la chaqueta de cuero.

Le di respuesta afimativa, conecte la rizadora y me rule solo un poco las puntas y me maquille normal.

Angelito: En cinco estoy abajo.

Lei el mensaje y ya estaba casi lista, me puse mis botas negras y le acerque al cuarto de mis papás.

—Mami, ya me voy—dije y ella asintió.

—Te amo, Lara, te cuidas mucho, ya sabes— dijo tirandome un beso.

Baje y sali con rapidez, subi al auto de Alessio el cual chiflo.

—Cada día me asombra más lo que logras en media hora— dijo y le di un beso en la mejilla.

Llegamos a la fiesta y Alessio me agarraba de la cintura, me ponía los pelos de punta cada vez que hacia eso.

—¡Lebrine, viniste, te tengo... —venia con un par de chicas, las cuales al verme con él agarrándome la cintura fruncieron el ceño—, Larisa, ¿como estas? —todos en ess fiesta sabían quien era mi padre, lógicamente, habia más de uno que le compraban drogas, armas o se les veía en los negocios.

—Hola, bien ¿y tu? —dije sonriendole.

Nos acercamos a las barra y le pedimos a quien servía los tragos un par de chupitos.

—Brindemos cariño mio—le dije y Alessio me acaricio la cintura.

Tuve que que contener un suspiro sl sentirlo darme un beso en el cuello.

—¿Y por qué, princesa? —susurró y yo sonreí.

—Por los dos—dije dandole una mirada profunda y sonrió, ese niño era el demonio.

Amor Extremo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora