Amor Extremo ©

Captulo 13

Elena

Stefano y yo entramos a la casa agarrados de las manos y lo primero que vimos fue a Alessio y a mi mama con la cabeza entre las manos.

Vi a Larisa llorando y a mi papá con Dimitri y Andrea preocupados.

—¿Quién se murió? —Stefano hablo fuerte y preocupado.

—Mataron a Christoffer—las manos me temblaron y a Stefano se le desfiguro el rostro.

—¿Y ahora? —pregunté y Stefano parecía pensar en algo.

—¿Que se dice? —preguntó Stefano.

Mi mamá se limpio las lágrimas.

—Dicen que fue Alessio— susurro mi hermana.

—Maldita sea—dijo Alessio revolviendose el cabello y jalandoselo con estrés—, padrino, que Elena se lleve a Larisa a Rusia —mi papá negó.

—Alessio, calma y escúchame— dijo mi papá—, huir no es opción, el hecho de que tu te vayas o se vaya Larisa seria aceptar algo que tu no has hecho.

—Vamos a fumar, bro— le dijo Dimitri y Alessio salio con él.

—¿Cuando es el entierro? —pregunté.

—Mañana en la mañana—Stefano suspiro—, creo que Alessio debería quedarse con Stefano y Damiano, Larisa irse con Dimitri y Andrea, Elena conmigo y con Fiorella— asentí ante lo que me dijo papá.

—¿Y Mikhaela? —preguntó mi mamá.

—¿Quién es Mikhaela? —preguntó Andrea.

—La hija mayor de Aleksandro —dijo mi mamá.

A efectos legales y personales, Mikhaela era mi hermana mayor delante de todos.

—¿Que edad tiene? —preguntó Andrea.

—Veintidós años —respondió mi papá.

Tocaron la puerta y Mikie entró, con una maleta tras ella.

—Hermanitos —dijo corriendo a abrazarnos a los tres—, hola papá— dijo y Stefano silbo mirándola de arriba a abajo.

—¡Es la verdadera Barbie! —dijo Andrea impactada, la miraba con la mayor de las admiraciones.

Mikha saludo a Alessio y miro a todos curiosa.

—Veo caras nuevas— dijo—, ¿quién es esta hermosura? —preguntó señalando mi cuñada.

—Mi novia—Mikie la saludo con un beso.

Miró a Stefano y miró a mi papá, miró a Dimitri.

—Ya se Mikie— miró a mi papá y él asintió.

—Es un gusto volver a verte cuñado —dijo sonriendole.

—¿Ya se conocían? —mi hermana asintió.

—¿Quién crees que te ayudaba a salir sin que nadie sospechara? —pregunto Mikha—, obvio que Didi también ayudaba, pero yo decía que andabas conmigo o cualquier otra cosa— confesó ella—, ¿como esta Dogger, Stefano?

—Él está aquí— le comentó él luego de titubear un poco.

Mikhaela

Por órdenes de Aleksandro me fui a casa de Stefano, al llegar lo primero que vi fue a Damiano sentando fumando con una botella de vodka en la mano.