"Porque nunca hay un límite para arruinar todo un poquito más"
Kim SeokJin, de dieciséis años, tiene una vida llena de estrés, drama y toda emoción típica de la adolescencia.
Solo encuentra paz dibujando trazos deformes y escribiendo todo en...
No importa cuanto tratase, las clases de matemáticas me hacían sentir con el coeficiente de una ameba al lado de mis compañeros. El profesor suspiraba de decepción al verme dibujar al costado de la hoja que contenían problemas que para mi estaban escritos en una lengua ya olvidada. Apoyé mi cabeza sobre la campera que se situaba en el escritorio y lentamente cerré los ojos, concentrándome en los sonidos del salón, en el ruido de los porta- útiles siendo abiertos, los lápices al golpear la mesa, las conversaciones, las risas. ―Joder, Kyungsoo― pensé, soltando un suspiro que se desvanecería en segundos, un suspiro que guardaba cuanto extrañaba a mi mejor amigo. Claro, no era el único, tenía a Jiminnie pero lamentablemente nos veíamos dos veces por mes mas o menos y con la falta del chico de en frente , se me hacía complicado sostener las ganas de estudiar. Aunque en toda mi vida lo he negado, mi autoestima siempre ha sido sostenido por las personas a mi alrededor, mis amigos eran mi razón de ir a la escuela, de aprobar, de vivir. Sabía que estaba mal, pero si mi corazón estaba protegido por otras manos sentía que todo estaría bien, no confiaba en mi mismo ni para cuidarme. Pero como se esperaba, las personas van y vienen, cambian para mal o para bien, o a algunas... Simplemente se van para no volver. Recordaba cada grupo que había tenido en toda mi vida y realmente estoy agradecido de toparme con esas personas, no importa si causaron daño o un gran afecto en mi, porque al fin de cuentas gracias a todo ello soy quien soy ahora.
Mis recesos me los pasaba con Baek o Suho, hablando de temas triviales, riendo y mostrándonos memes, no me sentía solo en absoluto, pero al ver el asiento vacío a mi lado, ese asiento quien ocupó la mejor amistad que pude lograr en el secundario me dolía el pecho, realmente lo quería. Recordé cuando nos conocimos, yo era un chico de doce años al que le importaba muy poco el mundo y lo que pensaran de él, mientras que Kyungsoo era el chico tímido con anteojos y muy delgado. Al principio no nos llevábamos muy bien, es más, decíamos mutuamente que nos parecía raro el otro. Estuve presente en todo momento, cuando me confesó su sospechosa bisexualidad, cuando tuvo su primer novio al que nombramos secretamente "Kira", cuando sacó del closet su fabulosa homosexualidad llena de glitter, la primera vez que me abrazó y lloró en mi hombro. En invierno nos peleábamos por la estufa al lado de la ventana, en los recreos nos refugiábamos juntándonos como pingüinos o simplemente nos quedábamos jugando a las cartas o dibujando mientras escuchábamos música. Trabajábamos en equipo a la hora de hacer deberes, él siempre me seguía cualquier canción que cante y más si era de alguna caricatura o película de Disney. Yo lo ayudaba a cubrir las imperfecciones de su piel, yo estaba ahí para que clavara sus cortas uñas en mi brazo cuando se sentía nervioso, estuve ahí cuando lo rechazó un tonto niño de primer año. Nunca olvidaré cuando debía rendir matemáticas en diciembre, y el me llevó licuado de frutilla en un frasco, o cuando llevó queso untable y yo galletas saladas, pero nos olvidamos de la cuchara para untarlo así que como todo villa DoDo ponía el queso con los dedos. O la vez en la que le robé una bolsa de caramelos y me persiguió por todo el perímetro de la escuela, dejándome sin un pulmón, con un puñetazo en el brazo y obviamente, sin caramelos. Fue el primero en saber todo de mi, el primero en conocer mi precaria casa y el primero en quedarse tantos años junto a mi. Esbozaba una sonrisa al recordar todo esto, mientras que las gotas saladas seguían su camino chocando con mis rosados labios y cerré mis ojos, ya había llorado suficiente por hoy. Con esto me despido, fuiste un gran amigo y lamentablemente la escuela no tenía lo que buscabas. Gracias por compartir estos momentos conmigo y espero que puedas ser feliz en tu nueva institución.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
