Will movió su espada con rapidez, bloqueando el bastón de Jem, que saltó por encima de su parabatai, dando una voltereta en el aire. Se dio la vuelta, preparándose para atacar a Will, pero él ya no estaba. El chico miró a su alrededor, escudriñando cada rincón de la habitación. Will sabía que Jem podía sentirle. Desde que se habían convertido en parabatai, se les hacía más difícil sorprender al otro, así que Will tenía que ser creativo.
En silencio, el nefilim sacó su estela y se dibujó una runa de velocidad y otra de silencio en cada tobillo. Miró hacia abajo para asegurarse de que Jem no se había dado cuenta de que estaba sobre él y empezó a correr por encima de las vigas sin hacer ningún ruido. Jem, por su parte, sintió que Will daba vueltas a su alrededor y puso más atención, siguiendo con la mirada el movimiento de Will pero sin poder verle. Sintió que su parabatai se quedaba quieto y se giró hacia esa dirección, entrecerrando los ojos buscando a Will entre las sombras. Una figura se abalanzó sobre él y le tiró al suelo, aprisionándolo contra el suelo. Jem encontró los ojos azules de su amigo delante de él y notó el frío de la hoja de la daga en su cuello.
—Gané —susurró Will al oído de su parabatai.
Jem rió bajito. Estaban tan cerca que respiraban el mismo aire, pero ninguno de los dos pareció darse cuenta.
—Has hecho trampa —dijo Jem.
—¿Yo? —Will volvió a reír—. No sé qué significa hacer trampas para ti, pero en mi casa, habría hecho trampa si hubiera ganado haciendo algo así.
Jem abrió la boca para responder, pero Will movió las manos con rapidez y empezó a hacerle cosquillas.
—¡Will! —gritó el de pelo plateado en una carcajada.
—Retira lo que has dicho —dijo Will riendo.
—¡Nunca! —El chico rió más, retorciéndose bajo las manos de su parabatai, quien se había sentado a horcajadas sobre él. Jem abrió los ojos como pudo y vio a Will riendo. Había pocos momentos en los que Will se dejara reír de esa forma y vio en sus ojos algo que pocas veces podía ver en él.
Felicidad.
Tal vez fue esa felicidad lo que empujó a Jem a incorporarse, quedando cara a cara con Will, pero fue el corazón quien dio la orden de besarle.
Will ahogó un gritito de sorpresa, pero no se apartó. Jem empezó a separarse, dándose cuenta de qué estaba haciendo, pero Will enredó los dedos en su pelo, pegándose a él y devolviéndole el beso con fuerza.
El chico de pelo negro susurró el nombre de su parabatai una y otra vez entre besos, aferrándose al chico como si éste fuera a desvanecerse en cualquier momento. Jem se separó como pudo de Will y le miró. El chico tenía la boca entreabierta y las mejillas rojas. Sus ojos asomaban entre los rizos que caían sobre su cara. Jem le observó con atención, pasando las yemas de los dedos por la piel del chico, que cerró los ojos y se dejó acariciar.
—Ni hen piao liang, William —susurró Jem, cerrando los ojos y apoyando la frente en la de su parabatai.
Will le acarició la mano que Jem tenía en su mejilla y se apartó para mirarle.
—Eich bod yn brydferth, James.
❅ ❅ ❅
Will sonrió al recordar su primer beso con Jem. Había pasado un año desde entonces, y su amor por el chico de pelo plateado no había hecho más que aumentar. Unos meses después, ambos habían empezado a sentir que algo andaba mal. Las runas que utilizaban el uno con el otro eran más poderosas de lo normal y eso no podía ser nada bueno, pero nadie en el Instituto sabía porqué y no podían permitirse confiar en otros nefilim. Todos sabían que los parabatai tenían absolutamente prohibido enamorarse o se enfrentarían al destierro o a la separación. Por eso decidieron no confiar en la chica que habían rescatado unas semanas atrás.
Will había sentido algo por Tessa desde el principio, pero decidió ignorar ese sentimiento, pues estaba completamente enamorado de Jem. Y fue cuando estaba a punto de revelarle a la chica lo que en verdad sentía que su parabatai le confesó sus propios sentimientos por ella. Will se quedó paralizado. Se negó a admitir lo que sentía por Tessa delante de Jem, pero dejó que su parabatai se acercara a la chica. No le importaba. Si Jem era feliz, él era feliz. Así que se quedó en las sombras, enamorándose cada vez más de esos grandes ojos grises.
Fue entonces, cuando Jem estaba tocando una de sus hermosas melodías para Will y Tessa, que los chicos lo sintieron: una sensación fugaz de alivio. Jem apartó el arco de las cuerdas y miró a su parabatai, que había llevado una mano a su pecho, justo sobre la runa que compartía con él.
—¿También lo has sentido? —había preguntado.
Will había asentido con la cabeza y se había levantado del viejo sofá de la sala de música. Ambos se habían disculpado con Tessa y habían salido corriendo a buscar a Charlotte, que tampoco había sabido cómo explicarlo. Todos habían asumido que era otro efecto secundario de estar enamorados siendo parabatai, pero ahora que Will había admitido sus sentimientos, Jem tenía otra teoría.
—Creo que es Tessa —dijo el chico, acariciándole el pelo a su parabatai.
Él levantó la cabeza para mirarle. Estaban tumbados en la cama del pelinegro, observando el camino de la luna por el cielo nocturno londinense.
—¿Qué pasa con Tessa? —preguntó confundido.
Jem se incorporó un poco, apoyando la espalda en la cabecera de la cama.
—Creo que ella es el atenuante. Piénsalo. Nuestras runas siguen siendo igual de poderosas que el año pasado, pero no tanto. Y sé que tú también sientes que el vínculo se está... calmando un poco o algo así. Creo que es por Tessa.
Al ser tres, la presión del amor sobre su vínculo parabatai se habría repartido y eso podría haber cambiado la ecuación, de alguna forma. Era posible.
—Tiene sentido —dijo Will. Se apoyó sobre su codo y miró a Jem—. Si estás en lo cierto, la Clave no tendría porqué separarnos. No es una relación normal, así que, si lo descubren, al menos tendremos un tiempo para buscar una solución o un vacío legal por el que escapar mientras ellos discuten qué hacer con nosotros. No hay ninguna ley que prohiba una relación entre dos parabatai y otra persona de forma explícita.
Jem sonrió y le acarició la mejilla a Will, dándole un tierno beso en los labios.
—Puede que, después de todo, podamos ser felices.
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Maybe both? {PAUSADA}
FanficComo todos sabemos, Will, Jem y Tessa comparten algo que pocos experimentan: un amor incondicional los unos por los otros. ¿Qué pasaría si Jem no se convirtiera en Hermano Silencioso? ¿Qué pasaría si Tessa no eligiera? ¿Qué pasaría si su amor fuera...