Hodges se sentía cansado, apesadumbrado, casi con ese mal genio que le había dado fama con su llegada y que poco a poco había ido desapareciendo, pero hoy había sido un día más de una larga semana, había trasnochado durante ocho días visitando a Morgan al hospital, había trazado meticulosamente un plan para poder estar junto ella y sus sentimientos, sin tener que dar explicaciones a nadie, solo exigía una parte de sacrificio físico, su descanso pero cuando llegaba junto a Morgan viéndola postrada en esa cama, sentía que el cansancio desaparecía y estaba “como en casa”, había tomado prestado un libro de Greg de la taquilla y comenzado a leer, un libro curioso que bajo otras circunstancias nunca habría elegido pero que contrastaba a la perfección con el entorno clínico y pulcro del hospital, David estaba más que satisfecho de ese encuentro mutuo con este tipo de literatura.
Durante la vigilia pasaba largos ratos contemplando el rostro de Morgan memorizándolo, sabía que lo que él sentía por ella era real y profundo, pero también estaba convencido que no podría actuar abiertamente con ella, ni expresar sus sentimientos, no por miedo al rechazo, sino por temor a poder perderla del todo, la amistad le valía y lo menos que quería era poner en un aprieto a Morgan, pero ser racional estaba bien pero ya hacía un tiempo que David había notado que muchas de sus decisiones se habían comenzado a alejar cada vez más de lo racional, de lo previsible, estaba comenzando a vivir a través de sus sentimientos y no de sus pensamientos. Eso le causaba mareo, vértigo pero también sentía como si un golpe de corriente le golpeara desde los talones hasta la nuca, era como si estuviera apostando en la ruleta de los casino, como en el libro dejándose llevar por la carretera, haber hacia donde le lleva. El último día que pasó junto a Morgan le había cogido de la mano, como se había atrevido hacer durante algunos días, pero esta vez se aproximo al rostro de Morgan y le despejo los cabellos de la mejilla y la frente, se detuvo para verla con esa libertad, en ese momento de intimidad y le besó suavemente la frente, absorbiendo el olor de sus cabellos como queriéndose llevar un pedacito de ella consigo.
Cerró la taquilla y guardó su delantal azul, estaba cansado, realmente fatigado de los días de vigilia que había tenido, se dirigió al estacionamiento tenía claro que lo próximo era ir a casa y dormir, ya estaba al tanto de que Morgan estaba descansando en casa junto a Ecklei, había planificado irla a ver al día siguiente, es lo que hacen los amigos y no despertaría ninguna sospecha, su plan había salido perfecto…
Había abierto la puerta de su coche pronto a entrar…
- ¡Hey… David!
David, se giró sobresaltado al reconocer la voz de Morgan...
David, se encontró de frente a la mirada azul turquesa de Morgan. Una mirada profunda… y si hubiera estado menos nervioso, David habría notado un leve temblor en ella, porque al igual que él, Morgan no estaba bien segura de cómo debía proceder a continuación. Cuando pensó en ir a verlo no elucubró mucho más allá sus acciones y ahora se daba cuenta estando parada frente a Hodges y sin saber qué le iba a decir.
David, se apresuró a hablar, como de costumbre era esta su mejor arma de defensa en situaciones incómodas, y no cabía dudas que esta lo era.
-Morgan, ¿qué haces aquí?, te llevaré a tu casa, debes descansar, has pasado por mucho y lo menos que debes hacer es venir al trabajo. Me sorprende que Ecklei te dejara venir… Le hablo en un tono seco, casi severo.
¡David! Detente, -interrumpió Morgan- creo que una semana durmiendo es suficiente descanso… -agregó con gracia intentando aligerar la tensión que de momento sentía- Sabes mi padre no sabe que estoy aquí, él cree que descanso en mi apartamento y prefiero que siga pensándolo, por favor David.
-Muy bien, Morgan. –David calló-
El silencio era aún más difícil de enfrentar para Morgan que el parloteo típico de David. Ella se había prometido no mostrar flaqueza, porque cuando lo hizo anteriormente terminó besando a David, oh ese único beso que habían tenido hace casi más de un año, se sentía estúpida cuando pensaba en ello y volvía a sentir ese hormigueo en el estómago, ella misma se reprendía y obligaba a pensar en otra cosa, pero desde que supo que David había estado todos esos días en vigilia junto a su cama, se sentía aturdida, confundida y en el fondo –pero sin querer reconocerlo- esperanzada. Pero cómo pretendía resolver todos estos pensamientos en unos pocos minutos y estando de pie en un estacionamiento. Se sentía realmente estúpida, infantil, completamente desacertada en sus actos… Pero llegados a este punto pensó… terminaré lo que inicié aunque me hunda en la estupidez.
David la miraba en silencio, atrapado en la incertidumbre, ¿por qué Morgan iría a hablar con él? ¿Qué está pasando? Fuera lo que fuera tenía claro que no tenía ni idea de cómo proceder frente a la seguridad de Morgan.
-La enfermera me dio este libro al irme, dijo que lo leía un amigo mío mientras estaba en coma. ¿Sabes a qué amigo se refería?, le increpó Morgan mientras le sostenía la mirada con aquellos hermosos ojos color océano.
-Ese libro es de Greg.-se apresuró a contestar David que le sostuvo la mirada, a la vez que avanzaba caminando un par de pasos hacia ella…
ESTÁS LEYENDO
Recorriendo el Camino (CSI FanFic)
FanfictionDavid y Morgan se han convertido en buenos amigos. Hodges ha decidido contraer matrimonio con su bella novia italiana Elisabetta, en tanto, Morgan trabaja encubierto para descubrir a un asesino serial que tiene convulsionado a Las Vegas, pero algo s...