Capitulo 6

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Sin pensarlo mucho y más bien guiada por sus impulsos, Morgan dejó su coche en el estacionamiento y se subió al de David.

Debido a las circunstancias David, tomó deliberadamente los atajos respectivos que sabía que a esa hora le harían llegar lo más pronto a su casa… Tenía prisa, era obvio, pero no sólo por lo evidente que era seguir con la acción antes interrumpida, sino que también quería apresurarse, en tanto sus emociones eran las que le guiaban y aún no entraba en acción su mejor amigo, o en este caso enemigo… su cerebro. Pero era David, y pese a las prisas, el tiempo en llegar a su casa no se reducía de 20 minutos, y eso es mucho tiempo en estas condiciones. Siendo claros, Hodges no quería en esos momentos ser “Hodges”, sino que alguien más… sin tantas “cavilaciones”, por así decirlo. En pocas palabras, lo que le sucedía es que no quería pensar en lo que había pasado, ni en lo que estaba haciendo, pero por sobre todo David no quería pensar en lo que iba a suceder. David no quería pensar, solo quería actuar… Habría sido un éxito haberlo conseguido pero –porque siempre lo hay- su mente fue más rápida que su coche y apenas dobló en la última calle y tan sólo a un par de cuadras de su casa… Fue atrapado por un tropel de pensamientos que le dieron captura.

Morgan, al igual que David no prestó importancia a dejar su coche en el parking, ni mucho menos en las consecuencias que podrían estar por venir.  Al contrario de lo que pudiera pensarse, luego de estar tantos días inconsciente, el mareo que pudiera haber tenido producto de ello, se había desvanecido con el primer beso. A estas alturas se hallaba completamente lúcida, en lo que respecta a su cuerpo, que tenía muy claro lo que deseaba… no así su mente que se encontraba bastante alienada por las sensaciones que estaba sintiendo, por el deseo de estar con David.

- Crees que esto es lo más correcto en estas circunstancias –se oyó decir a si mismo David- “mierda” atrapado por su cerebro, este se la jugó expresando a viva voz un pensamiento que él pensaba suprimido. Se sonrojó no de vergüenza sino de cólera consigo mismo. Por qué no mantuvo la boca cerrada, ¿por qué verbalizar algo que era “privado”? Y lo que es peor, ahora tendría que esperar escuchar lo que tendría que decir Morgan. “Mierda” otra vez, pero eso se lo dijo así mismo, esta vez fue mental, suspiró aliviado.

- Esta discusión, no tiene cabida en estos momentos, David. Pienso que hemos esperado mucho tiempo para encontrarnos en este punto. Y creo podemos lidiar con lo que esto nos pueda conducir. Le dijo firma Morgan.

- “Es solo…que… Nuestra amistad hasta ahora ha sido muy importante y puede que la pongamos en riesgo…”  –basta David por qué sigues hablando, se recriminada – su lucha interna era tal que no distinguía ya a esas alturas qué decía en voz alta y qué no. “Digo que si… esto no es lo que esperas que sea…” culminó David apesadumbrado de haberlo expresado.

Morgan le miró dulcemente como solo ella podía hacer, nadie a la fecha le había lanzado miradas tan hermosas y sinceras, podría perder su vida viéndola, pensó.

- David, prefiero arriesgar toda esta “amistad” en probar si este amor que siento es tan real como el calor que ahora recorre mi cuerpo. Morgan reveló así sus sentimientos a David, sentada sobre una de sus piernas y mirándolo de costado se veía deslumbrante por efecto de la luz del amanecer que le daba de costado.

David se detuvo a la entrada de su casa, contemplando a aquella mujer que estaba entregándole su corazón, rodeada de esa áurea lumínica que le daba un aspecto… no encontró el adjetivo para describir la imagen que tenía ante sí. Una chica joven, hermosa, desafiándola a amarla. Cómo negarse a ello, ninguno de sus hemisferios cerebrales podría estar en contra de aquello.

Detenido frente a su casa y mirándola de frente, le envió una de esas pocas sonrisas que reservaba para un momento como este, David le sonrió dulcemente y le dijo lo que a la fecha podría considerarse la única declaración de afecto que se la haya escuchado decir a David Hodges.

- No dudaría ni un segundo en dejar de ser tu amigo y arriesgaría todo, con tal de amarte y poder amar a cada una de las células que conforman tu cuerpo, Morgan Brody.  Me siento un “yonkie” de tu amor, y me encuentro totalmente perdido en cuanto a lo que me haces sentir… Sólo sé que estoy viviendo más allá de lo que nunca imaginé vivir o sentir.

Morgan se aproximó suavemente a David y le besó delicadamente los labios. David aparcó el coche en el garaje y ayudó a bajar a Morgan que le tomó de la mano. Ambos caminaban como una pareja hacia la puerta de la casa.

David abrió y entraron. No era la primera vez en casa de David para Morgan, de hecho habían pasado largas veladas hablando o viendo alguna película o programa de culto. Pero esta vez había algo en el ambiente que lo hacía distinto, algo “mágico”, quizás… digamos que Morgan quería pensarlo de esta manera.

Tras cerrar la puerta. David invitó a Morgan a acomodarse, en tanto buscaba un par de copas de vino. Quería realmente que aquello fuera especial. Se alejó a la cocina donde abrió su mejor vino californiano, un merlot, pensó sería una opción acertada, ya que era agradable al paladar. Lo sirvió en copas grandes para ser degustado y dispuso una variedad de quesos en una bandeja. Siempre tenía este “arsenal de quesos” preparados previendo una ocasión especial. Aunque no había tenido muchas que digamos, más bien ese año no había habido ninguna. Pero se alegró mucho, igualmente, de haber sido previsor porque ahora estaba a la altura de este momento.

Al llegar al salón, se encontró con que Morgan no estaba. Extrañado es una palabra que queda pequeña para describir el rostro que tenía en esos momentos y no es exagerado decir que estaba estupefacto… mejor dicho descompuesto.

¿Qué había pasado? Hace unos minutos hablaban abiertamente de amor y ahora había desaparecido. Se había largado sin siquiera decir adiós.

Recorriendo el Camino (CSI FanFic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora