Segundo Mes: Un momento de calma y paz

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–Ya han pasado 2 semanas desde que Coraje dio la noticia de su embarazo a sus padres adoptivos, ahora el pequeño se encontraba en la escuela, sin poder concentrarse en la explicación que daba el maestro,  no dejaba de pensar en lo ocurrido y como reaccionaron sus padres–

~Flash Back~

Coraje está embarazado... –Anunció Katz con tono serio así sin más. No hubo reacción alguna de parte de Muriel, parecía estar en blanco y no hacía movimiento alguno–

–Por su parte Justo estaba furioso y no dudo ni un poco en hacerlo notar– ¿¡Que diablos estás diciendo muchacho!?, ¿Como que ese niño inútil está embarazado? –Grito poniéndose de pie–

–Katz lo imitó ocultando al pelirosa detrás de él– Será mejor que se calme señor Bolsa –Dijo con tono amenazante el pelirrojo, aquel sujeto estaba completamente equivocado si creía que dejaría que le tocará un solo cabello a su cachorro–

¡No me digas que puedo o no puedo hacer, estoy en mi casa y hago lo que se me da la gana! –Respondió alzando la voz nuevamente, después de aquel grito todo quedó en silencio–

Justo, deberías calmarte por favor –Al fin hablo Muriel poniendose de pie colocando una mano en hombro derecho de su marido–

¡No me pidas que me calme mujer! –Respondió el hombre sin querer tranquilizarse–

Al menos déjalos que nos cuenten todo –Dijo su esposa con su tono tranquilo de siempre, Justo soltó un bufido y decidió salir de la habitación–

Ahora sí, expliquense mejor –Pidió Muriel, en ese momento Katz creyó que la madre adoptiva de Coraje era un poco tonta, ¿Acaso no había entendido el que su hijo estaba embarazado?. La mujer ahora sonreía con naturalidad y calma–

B-bueno mamá... Hace 2 años Katz y yo comenzamos a salir –Coraje hizo una pequeña​ pausa esperando alguna reacción de los mayores, Muriel solo asintió–

–Al ver esto el pelirrojo decidió seguir, carraspeó un poco antes de sentarse de nuevo con el pelirosa sobre sus piernas– Debo decir que fui yo quien le propuso salir en primer lugar –Comentó volviendo a su tono neutro de hace un momento–

Y bueno... Nuestro amor nos llevó de una cosa a otra y pues... Ahora serán abuelos –Coraje sonreia para disimular sus nervioso, aún que no era muy bueno pues se notaba como su labios inferior temblaba y parecía que rompería en llanto en cualquier momento–

Abuelos... –Repitio la mujer casi como un murmullo, una sonrisa comenzó a mostrarse en su rostro. La noticia la había tomado por sorpresa, como a cualquier padre obviamente, pero estaba feliz por su pequeño. La idea de que Coraje tuviera un bebé le alegraba pues ella no había podido tener un hijo propio ya que era infértil, aún que eso no evitaba que amara al pelirosa como si fueran madre e hijo de sangre–

Entiendo si estás molesta conmigo o si te sientes desepcionada –Hablo sintiendo como Katz le apretaba la cintura un poco más, con aquello le decía al menor que él estaba ahí para cuidarlo– Pero entienden que nosotros tampoco habíamos planea... –En ese momento fue interrumpido por su madre–

Coraje... Pequeño, no estoy molesta. Bueno, solo un poco. ¿Acaso no conocen los condones? –Preguntó con tono bromista avergonzando a los otros dos– Pero también estoy muy feliz por ustedes, podrán tener un bebé que será fruto de su amor –ahora su voz tenia un tono maternal y un poco más serio–

–Ver a Muriel hablando de ese modo dejo asombrado no solo al pelirrojo sino que también al pequeño Coraje pues nunca la había escuchado así–

Ma... Mamá –Susurró el pelirosa quien no resistió más, con las palabras de Muriel no resistió y rompió a llorar. Katz sabía que su novio no necesitaba ahora estar con él, sino que necesitaba los brazos de su madre por lo que soltó al menor quien no lo dudo ni un momento y fue con ella–

Ya, ya... –Decía mientras acariciaba la cabeza del chico para calmarlo quien lloraba desconsoladamente en su pecho. Aquella escena le resultaba demaciado tierna al pelirrojo quien solo los observaba desde su lugar, no quería decir algo que rompiera aquella aura de paz que tenían por el momento–

–Después de que Coraje se calmase los 3 pasaron el resto de la tarde platicando de temas más irrelevantes, aún que la mujer no perdía la oportunidad para hacer alguna que otra broma que avergonzara a alguno de los dos menores–

¿En serio tienes que irte? –Preguntó él pelirosa con tristeza–

Sí por mi fuera me quedaría y lo sabes cachorro, pero mañana temprano tengo que ver a Le'Cuack para arreglar unos asuntos –Contestó el mayor antes de dar un rápido beso a los labios de su amado–

–Un suspiro de resignación escapó de los labios de Coraje–Esta bien, después iré a visitarte –Dijo tratando de sonreír–

Te esperaré con ansias –Respondió cerrando la puerta de su vehículo, al mirar hacia el frente pudo observar a su "querido" suegro verlos aún con aquella cara de enojo. Katz simplemente encendió el auto y partió de regreso a la cuidad otra vez con solo una idea en mente y eso era descubrir el por qué del enojo de Justo ante la noticia–

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¡Hola! –Le lleven palos, piedras, ladrillos, frutas y verduras, baldes y celulares Nokia antiguos– Si si, ya se que me tarde un poco en actualizar, pero tengo una buena excusa(?) es que tuve algunos inconvenientes... Me quedé sin internet, tengo otras 2 historias más a las cuales debo atender, una ya está empezanda la otra la estoy replanteando además de que no siempre hay inspiración así que no me maten plox :'''v

Un cachorro embarazado [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora