«Especial de Halloween»

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—¿Dónde...? ¿Dónde estoy? ¿Qué es este sitio?.— En esos momentos Coraje solo podía recordar un fuerte golpe en  la nuca y el gritó de horror de Muriel, con quién paseaba tranquilamente antes de caer al piso.

Lentamente comenzó a abrir los ojos para ver nada más que la oscura habitación en la que encontraba y que no parecía haber alguien más en ella. Aquello volvía esa situación aún más aterradora para el joven pelirosado.

Si había algo a lo que Coraje eso era la soledad, aquella soledad que no sentía desde que fue encontrado por Muriel cuando era solo un pequeño. Intentó ponerse de pie para observar mejor lugar el lugar pero fue inútil, se encontraba atado fuertemente con cuerdas que lo dejaban completamente inmovilizado.

No sabía cuánto tiempo había pasado desde que despertó pero todo seguía sumergido en un horrible silencio para el menor, con cada segundo su miedo y preocupación crecían cada vez. ¿Por que alguien le haría algo así?. Su mente comenzaba a llenarse de preguntas que parecían no tener respuesta alguna hasta que el sonido de una puerta abriéndose y una luz entrando a la habitación lo trajeron de vuelta a la realidad. De nueva cuenta trato de ponerse de pie para poder girarse y ver de quién se trataba pero el resultado fue el mismo.

Comenzó a escuchar pasos a sus espaldas y luego el rechinar de la puerta que se cerraba lentamente otra vez. Las luces se encendieron y los pasos se escucharon de nueva cuenta esta vez dirigiéndose hacia él. Coraje ya no resistía aquella situación, no entendía nada y su desesperación seguía en aumento. Sintió como era jalado del cuello de su camisa para obligarlo a estar de pie.

—Vaya, es bueno ver qué al fin has despertado Coraje.— Susurró su captor cerca de su oído causando un fuerte escalofrío. —Esta fiesta sería muy aburrida si el invitado de honor de encontrara inconsciente ¿no lo crees?.—

Ante aquellas el cuerpo del pelirosa comenzó a temblar, cada parte de él le gritaba con fuerza que debía escapar pero aquella opción le parecía imposible.

—¿Qué te parece si comenzamos con los juegos de fiesta?.— Preguntó el pelirrojo quien lo guío hasta una silla donde le obligó a sentarse y frente a él una especie de ventana que daba vista a una habitación contigua, ahí se encontraban Muriel y Justo atados al igual que él.

—¡Muriel!— Al ver a la mujer que lo adoptó años atrás en esa situación los ojos del pelirosa se humedecieron, tanto tiempo intentando protegerla de los peligros de Ningún lugar y ahora pasaba esto. —¡¿Por qué estás haciendo esto Katz?!, ¡déjalos ir ahora!— Gritó sintiendo las primeras lágrimas escapar de sus ojos.

—Oh, pero si la diversión está a punto de comenzar mi amigo— Respondió el pelirrojo con cinismo al momento que pasaba sus brazos por sobre los hombros de Coraje apoyando su cabeza en la del menor.

De pronto arañas comenzaron a rodear a ambos ancianos causando los gritos de terror de Muriel y de enojo por parte de Justo quien exigía ser liberado además de culpar a Coraje por la situación en la que se encontraban. Los gritos comenzaron a aumentar conforme los animalitos los envolvían en su tela para luego inyectarles el veneno que los paralizaría y luego las enzimas que desintegrarian pocos a poco sus cuerpos.

El menor no soportaba ver aquel horrible espectáculo pero por más cerrará las ojos para evitarlo los gritos de la pareja resonaban dentro de su cabeza. La desesperada Muriel pidiendo su ayuda lo hacía sentir aún peor, un inútil y bueno para nada que no pudo proteger a sus seres queridos. Las lágrimas no dejaban de bajar por el rostro del chico.

—¿Por qué?— Preguntó una vez las voces de la pareja de ancianos no se escucharon más.

—¿Por qué, preguntás? mi pequeño Coraje... No existe un "porque"— Respondió entre risas Katz —El simple hecho de verte sufrir es una sensación indescriptible. Ver como tus ojos, que siempre parecen alegres y llenos de vida sin una sola pizca de felicidad no tiene precio— Continuó explicando el más alto antes de acercarse al cuello de Coraje causándole un escalofrío.

—¿Acaso no te estás divirtiendo?— Preguntó al notar como el menor se retorsia en un desesperado intento por liberarse. —Ohh mi pequeño, esto aún no termina— Dijo con tono risueño y falsa amabilidad tomando el rostro de coraje y obligándolo a girarse para besarlo.

Aquel era un beso tan sutil y hermoso que lo dejaba sin aliento, que ponía su mente a dar vueltas y lo hacía olvidarse de todo. Ese beso que lo marcaría para siempre, que pondría fin a sus problemas... Y a su vida.

El beso de la muerte

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Bien, como dice en el título esto es un especial de Halloween. Un especial que tenía año y medio (Sino es que más) como un borrodor y al que por fin poder darle un final "decente". Espero que les guste y nos vemos en un año y medio más(?

Un cachorro embarazado [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora