El Cielo De Castiel (Destiel)

No

El dia paso muy tranquilo en casa de Bobby, en su casa, su hogar.

Castiel sentía una paz interior que no recordaba haber sentido nunca. La felicidad lo invadía por completo. Todo era perfecto.

Disfrutó de un desayuno en familia. Ayudó a Sam a limpiar el desastre que dejo su hermano en la cocina. Pero Dean no permitió que ayudará con el almuerzo.
Mientras Sam se duchaba y Dean preparaba la comida, Castiel descubrió un estante en la sala que contenía películas muy de su gusto. Noto que ya las había visto a todas pero no le importó porque eran sus preferidas.

Almorzaron hamburguesas, los tres sentados en el sofa con Castiel en medio. viendo una película. Se les paso el día viendo otra y después otra hasta que anochecio.

Castiel estaba feliz y no sólo por él, los hermanos estaban sonrientes y despreocupados. Nunca los había visto así, ese era el problema, Nunca. Entonces las dudas lo atacaron otra vez.
Era muy extraño ver a Dean sonreír de esa manera, sus ojos esmeralda se achinaban y dejaban unas bonitas arrugas alrededor. Era hermoso si, pero extraño.

-Dean- Dijo el angel y espero a que lo mirará para seguir hablando- ¿ Que hacemos aquí?- el humano abrió la boca para decir algo, pero fue interrumpido- Y no me digas que viendo películas.

-Disfrutamos- contesto somriente. Castiel lo miro con cara de no entender a que se refería.

-Disfrutamos de nuestra libertad- dijo Sam, contestando a la pregunta que no se hizo- disfrutamos de la libertad de ser y hacer lo que queremos.

-Cass- El Winchester mayor siguió la explicación de su hermano- tuviste razón, siempre. Y nosotros no te creímos. Espero que puedas perdonamos.

-¿Que es lo que tengo que perdonar?- Castiel no entendía. Pero al ver a Dean poner ojos de cachorrito arrepentido, como pensó que sólo Sam podía hacer, le hacia creer que no importaba, hubiera perdonado lo que sea.

-Tenías razón con lo del Nephilim- Dean parecía muy emocionado al contarlo- desde que ese bebé nació todo está bien en el mundo. Las puertas del infierno se cerraron. No hay demonios. No hay guerra. Hasta los monstruos parecen haberse calmado. Cass, Es el cielo en la tierra.

-Es lo que yo vi- dijo el Ángel- lo sabia. Sabía que esto pasaría. Que todo saldría bien. Que estaria aquí con ustedes- Estaba tan feliz que pensó que si seguía hablado se pondría a llorar. Pero esta vez sería un llanto de alegría.- Que ustedes tendrían la paz que se merecen.

-No te pongas sentimental Cass. Bastante tengo con Samantha.- con ese comentario Dean se ganó un golpe de su hermano y Castiel sólo pudo reír.
Verlos así como una familia normal que se pelea por cosas tontas, lo hacía sentirse feliz y más todavía ser parte de esa familia.

El Ángel no hizo más preguntas ni dejo que las dudas lo atacaran otra vez. Sólo disfruto de la tranquilidad.
Cenaron hamburguesas, otra vez, pero no le importó. Tampoco le importaría si las volviera a comer al día siguiente, eran deliciosas y al fin podía sentir su gusto otra vez.

Antes de que terminará la ultima película que iban a ver, Dean se retiró diciendo que se iría a duchar y dejo al ángel y a su hermano solos.

-¿Cass estas bien?- Pregunto Sam. Ya que noto que tenía la mirada fija en el televisor pero parecía no prestar atención a la película.

-Si estoy perfectamente.

-Entonces debes estar muy interesado en quien hizo la película, porque los créditos empezaron hace casi diez minutos.- Sam se aguanba la risa.

-No lo había notado- el Ángel le devolvió la sonrisa- es que estoy feliz, nunca había sido feliz. No se está forma y tengo miedo.

-Entiendo. Estas esperando que algo malo pase- Sam le dedico una mirada comprensiva- cuesta salir de ese estado de alerta constante. Esperando lo peor, esperando que algo salga de las sombras y te ataque. Esperando que la pequeña dosis de felicidad se termine.- el ángel se vio envuelto en un fuerte abrazo- eso no pasará Cass, estamos bien y lo estaremos siempre. Te lo prometo. Prometo que serás feliz por siempre, aquí, con Dean y conmigo.