Capítulo 11.

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Con una mano en el pecho y con el corazón acelerado en las sombras que envuelven el lugar puedo ver la silueta de alguien sentado en el sofá, me acerco a paso lento hacia la silueta y cuando ya estoy lo suficientemente cerca se que esa silueta le corresponde a mi jefe. Al reconocerlo inmediatamente frunzo el ceño por sus palabras.

-¿Cómo?- pregunto totalmente confundida.

-Si, me parece que le fue muy bien el día de hoy- afirma con voz gruesa.

-No entiendo a que se refiere- digo confundida.

El se levanta y se acerca a mi con pasos firmes, y yo retrocedo.

-¿No entiendes?- dice con voz dura.

-No, no se que me quiere decir- digo con voz temerosa.

Se ha acercado lo suficiente a mi que puedo ver el color de sus ojos y la mirada felina que hay en ellos.

-Hablo que el día de hoy lo disfruto mucho. ¿Como estuvo su salida señorita McCamus?- su voz en estos momentos es más grave de lo que recuerdo.

-Estuvo bien señor-digo lentamente, esperando su reacción.

Al parecer mi respuesta no le ha gustado ya que veo como sus brazos se tensan, sus manos se vuelven  puños y su pecho sube y baja con rapidez. Avanza hacia mí y yo retrocedo, no se como pero he terminado pegada a la pared cuando le miro ya lo tengo cerca. 

-¿Bien?- pregunta con una sonrisa, rozando lo burlona- Su sonrisa cuando llego dice que le fue más que bien.

-No se de que habla- cada vez estoy más confundida, cada vez le entiendo menos.

-¿Dígame la trato bien?- pregunta con voz dura.

-¿Qué? ¿Quién? - digo con el ceño fruncido a causa de la confusión.

-Su cita- responde como si nada.  Como si su respuesta fuese suficiente para mi.

Yo me quedo en silencio ya que no se que responserle, me esta confundiendo con todas esas preguntas que no se a que se refiere. Además toda esa actitud suya me tiene condundida e intimidada.

-Señor creo que no le estoy entendiendo-.

-¿No me entiende?- me dice con voz dura- Hablo de eso, no solo le bastó pasar el día con él si no que también le tiene que mandarle regalos- dice mientras señala un ramo de flores.

Confundida me acerco al ramo de flores. Es un ramo de rosas blancas y rojas todas bien ordenadas y con una nota en ellas, tomo la nota.

《Flores para quien las merece, flores para alguien especial.
Espero volver a verla.

Evan》

A mi mente vuelven las palabras que Evan me dijo en el ascensor.

》-Espero que le haya gustado mi presente- me dice sin quitar la sonrisa de su rostro.

Así que a esto se refería, su presente es este. Pero lo que más me inquieta es la actitud del señor Moore; le miro y el parece esperar una explicación que nunca llega. No sé cual es motivo por el que el cree que yo salí con Evan ya que eso es algo sin sentido, tampoco entiendo cual es su repentino interés en todo esto.

-No tenía idea de esto- digo al fin con sinceridad refiriendome al ramo. Le miro y el parece no creerme.

El lanza una risa ronca carente de humor, logrando que los vellos de los brazos se me ericen. Camina hacia mi con pasos lentos pero seguros, me mira como una fiera ve a su presa; sus ojos están oscurecidos y su cuerpo tenso.

Mi JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora