A la mañana siguiente, Harry regresaba a su habitación tras un tranquilo desayuno con él mismo de bebe y su madre. Tanto Ginny como su padre habían bajado una hora antes, el primero porque no conseguía dormir, según le había dicho Lily. La joven, suponía él, porque no quería verle. Tan pensativo iba caminando, que no se dio cuenta de que una puerta se abría. La puerta del cuarto de Ginny...
Sus miradas se cruzaron por una fracción de segundo, y el joven pudo apreciar que sus ojos aun seguían llorosos. ¿Por qué se le hacía tan duro verla llorar? Bueno, suponía que a todos los hermanos se les hacía duro ver llorar a su hermana, y Ginny era como una hermana pequeña para él... ¿No? ¿No? Aunque claro, los sueños que había tenido aquella noche, estaba claro que nunca los tendría con una hermana... Al menos, sabía que con una hermana no se besaría de esa manera ni todo lo que pasó en ese sueño, del cual no se arrepentía y hubiese deseado que...¡Harry Potter!¡Vale ya!
Al verle, la joven retrocedió hasta meterse de nuevo en el cuarto, e iba a cerrar la puerta cuando Harry, en un acto impulsivo, corrió hacia ella e interpuso su pie entre el marco y la puerta, evitando así que esta se cerrase. Con un leve forcejeo, consiguió entrar en el cuarto y cerrar la puerta tras de sí.
La habitación que le habían asignado a la muchacha era algo más pequeña que la suya, pero bastante acogedora. Las paredes estaban recubiertas de un bonito papel color pastel con bordes azules. La cama, al lado de la ventana, destacaba notablemente por las sábanas rosas. Un armario marrón claro se encontraba contra la pared, junto con un espejo bastante grande. Sin prestar mucha atención a aquello, el joven se acercó a ella, que le daba la espalda.
-Ginny -la llamó, pero la muchacha no le hizo caso-. Ginny... ¿Aun sigues...?
Pero no sabía cómo terminar la frase. ¿Triste? ¿Enfadada? ¿Llorando? Cualquier cosa hubiera sonado mal, y ella pareció notarlo, porque poco a poco se dio la vuelta hasta quedar cara a cara con él.
-¿Por qué tienes que ser tú? -Le espetó de pronto-. ¿Por qué no puede ser cualquier otro mago en el mundo el que acabe con... con... Voldemort? ¿Por qué precisamente tú?
-Bueno, yo... No lo sé... Supongo que... Las cosas se dieron así -dijo finalmente.
-Supongo que es un poco idiota de mi parte echarte eso en cara -miró al suelo contrariada la joven-. Tú no tienes la culpa de lo que te ha tocado vivir...
-Ginny -susurró en un ataque de ternura ante las palabras de ella-. Yo...
-Sin embargo -continuó ella-. Me duele que no me dijeras nada antes -le miró profundamente a los ojos, y Harry se sintió acobardado momentáneamente-. Ya sé que Ron y Hermione son tus amigos, pero... Aquí ellos no están, por mucho que te gustase lo contrario... Pero yo si estoy, y soy tú... tú amiga. Necesito que confíes en mí... ¿Cuándo vas a confiar en mí, Harry?
"¿Cuándo vas a confiar en mí, Harry?". Aquella pregunta le había sorprendido. Él confiaba en Ginny, claro que confiaba en ella. Entonces, ¿por qué no la había dicho nada? Ella tendría razón en estar enfadada con él. Se enteró de aquello escuchando a escondidas, claro que tenía razón en enfadarse.
-Yo... Lo siento mucho, Ginny -miró avergonzado el suelo-. Confió en ti, y debería habértelo dicho, pero... No es algo que me guste ir contando por ahí -confesó finalmente.
-Está bien, lo entiendo.
Tras aquella confesión, la joven parecía algo más tranquila. Harry oyó cómo suspiraba y se acercaba un poco hacia él. Entonces miró hacia delante y se sorprendió al verla a apenas unos centímetros de distancia, sonriéndole. Sintió como la mano de la joven tocaba su hombro.
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¿Conozco a mis padres?
FanfictionGinny Weasley y Harry Potter viajan a el pasado, cuando Harry aún es un bebé. ¿Cambiaran el futuro? Actualizaciones todos los miércoles y los domingos🤗