Capitulo 10

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-¿Qué quieres decir, Lily? -se asustó él.

-Y hoy la he visto, he visto su cicatriz -prosiguió la mujer-. No era una cicatriz corriente. Estaba hecha con magia oscura, y una cicatriz así solo se puede hacer a traición.

-Lily...

-Sé que nosotros no vamos a estar con él en el futuro -afirmó la mujer, volviendo a sollozar de nuevo-. Lo imaginaba desde hace tiempo, pero... Poco a poco lo empiezo a entender mejor.

-No llores... -pudo decir solamente el hombre.

-Y me da rabia. Me da rabia por él, porque es un gran chico, porque no se merece un futuro como el que le espera. Yo... yo le protegería con mi vida.

James tragó saliva. Precisamente eso iba a hacer. Iba a dar su vida por la suya. Iba a preferir morir antes que ver morir a su hijo, y no había mayor valentía que esa. La abrazó fuertemente y esperó de nuevo a que dejara de llorar.

-Hablaré con él -susurró al cabo de un tiempo-. Le diré que lo sé. Creo que es lo mejor. No más mentiras. Que me cuente lo que crea oportuno, que se desahogue. Quiero abrazarle, consolarle todas sus penas. Quiero ser una madre como él.

-Créeme, Lily, para él no hay madre mejor y más única que tú.

Ella le miró y le sonrió. Tenía serte al haberse casado con James. Y no sabía que haría sin él. Inesperadamente, le beso, y a los pocos segundos él la estaba devolviendo el beso mientras la abrazaba hasta que sus cuerpos se fundieron como uno solo. Cuando finalizó el beso, ella le miró a los ojos y, sonriendo con ternura, le susurró: "Te quiero James. Te quiero más de lo que te puedes llegar a imaginar".

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-¡SIRIUS ORIÓN BLACK! ¡NO APARECES EN TODA LA NOCHE Y... -Harry se despertó a causa de los enormes gritos que daba su madre. Se tapó la cabeza con la almohada, la cual le dolía un mundo.

-Lily, amor. Creo que estas siendo muy dura con él -el muchacho reconoció al instante la voz tímida y balbuceante de James.

-Tú cállate -cortó la pelirroja a su marido, para luego volver a dirigirse de nuevo al otro hombre-. ¡NO APARECES EN TODA LA NOCHE Y VIENES AQUÍ BORRACHO!

¿Era posible que alguien gritara tan fuerte? Harry creía que se quedaría sin tímpanos o, a ese paso, sin oídos. Agarró la almohada de debajo de su cabeza y se la colocó encima, tratando de tapar aquel estridente ruido. Fue en cuestión de segundos cuando se percató de que tenía mucha sed. Se quitó la almohada de encima y de nuevo volvió a oír a Lily decir cosas bonitas sobre Sirius. Tratando de no prestar mucha atención, localizó una botella de agua en su mesita. Estiró la mano para cogerla y, sin percatarse de cómo lo había hecho, vertió la mayoría de su contenido sobre su garganta.

Algo más calmado, decidió que tal vez sería mejor arreglarse y bajar abajo a enfrentar la situación. Se cambió el pijama por unos vaqueros y una camiseta de James, por lo cual le quedaban algo grandes. Se colocó las gafas y se acercó al espejo para mirarse un poco. Su reflejo fue irreconocible. Sus ojos, generalmente verdes, estaban recubiertos por pequeñas venas azules, aparte de algo hinchados. Y el pelo, que de por si era difícil de peinar, aquel día era todo un caos. Dándolo por perdido, abrió lentamente la puerta de su habitación...

-...Y ES QUE YA ME LO ESPERABA! De verdad, no sé cómo se me ocurrió. ¡Pedazo de patán! ¿Qué demonios tienes en el cerebro? ¿Serrín?

De nuevo, los gritos de su madre resonaron en el pasillo, pero esta vez más fuertes que antes. Temeroso, el joven fue avanzando poco a poco por el pasillo hasta llegar a las escaleras. Se tomó su tiempo para bajarlas, pues notaba como el mundo se balanceaba a sus pies, y un aliento que le recordaba bastante al wishkey de la noche anterior le estaba mareando. Además, su estómago no se notaba demasiado estable. Cuando llegó a la cocina, Lily y James estaban de espaldas a él. Sirius tenía cara de arrepentimiento, que cambió nada más ver al muchacho.

¿Conozco a mis padres?Where stories live. Discover now