Hogar

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Titania.

La mañana habia transcurrido lentamente, Dante me habia obligado a despertarme temprano, algo que odiaba. Él lo sabía, pero estaba muy interesado que fuéramos a un lugar en especifico, que por supuesto yo no sabía qué lugar era.

Sentía la brisa que alborotaba mi cabello, lo golpeaba contra mi rostro, inspire profundo intentando reconocer el olor. ¿Flores?, olía a flores, a tierra mojada arrugue la nariz ante tal olor, mis ojos seguían tapados, por sus manos suaves, grandes y traviesas. Aun así podía sentir la calidez del sol tocar mi rostro, calentándolo, di unos cuantos pasos hacia el vacío de la oscuridad y las ganas de saber que era aquel lugar, por mi mente pasaban millones de opciones sobre donde podríamos estar pero aun así no podía confirmar ninguna.

- Odio. Odio las sorpresas-. Murmure mientras daba otro paso, sintiendo el piso suave bajo mis pies. ¿Pasto?, lleve mis manos a mis ojos chocando con las suyas este las apretó y con el codo aparto mis manos bajándolas.

- Quieta arpía-. Musito suave, y escuche una risa tras de mis espaldas irritándome- además-, sentí su respiración cerca de mi oído, lo cual me erizo la piel unos segundos-. Te dije que conmigo comenzarías amarlas,-baje mis manos en rendición.

- ¿Dónde estoy?, quiero ver-. Exigía respuestas a medida que daba cada paso, su suave risa, me refrescaba el alma pero muy en el fondo me exasperaba una mezcla extraña de sentimientos que solo él podía causarme. – Te romperé las costillas si es una de tus bromistas- amenace.

- Tienes una lengua viperina-. Escuche mientras se detuvo provocando que dejara de dar un paso más, sentí su barbilla en mi hombro, reposando su rostro allí-. Sabes que te amo, ¿No?-. Alce una ceja al oírlo.

- No tanto como yo te amo a ti, pero haré como que si-. Un tono de burla se escapo de mis labios, sentí como poco a poco bajo sus manos, parpadee varias veces cuando la luz golpeo mi rostro, sus manos se posaron ambos lados de mis caderas, aun con la vista borrosa, parpadee y restregué los ojos con las manos, hasta que poco a poco fue aclarándose.

Mi mirada aterrizo en el piso. Grama verde manzana muy viva, cortada con exactitud, mira a los lados, algunos árboles, las hojas color rojo caían de los mismo a consecuencia de la estación del año como lo era otoño. Voltee mi vista al frente, cada músculo de mi cuerpo se tenso, una oleada de tristeza invadió cada fibra de mi ser, mis ojos se cristalizaron pero no derramaron lágrima alguna, ya comenzaba a recordar nuevamente porque odiaba las sorpresas de Dante, eran tan espectaculares que me nublaban el juicio, las flores que adornaban aquel lugar seguían frescas, una mezcla de rosas rojas, blancas y girasoles adornaban las lapidas frente a mí, por primera vez leí lo que llevaban escrito, estas se encontraban una al lado de la otra y ambas eran unidas por una cadena llena de rosas blancas muy pequeñas.

"Un amor que no conoció fronteras y la muerte no pudo separar.

Siempre los recordaremos, jóvenes y vivos, sus padres, familia y allegados

Christina y Harold"

- Sé que no habías podido venir aquí, que las circunstancias lo impidieron-. Musita al estrecharme con sus brazos Dante atrayéndome hacia él.

Quería matarlo pero a la vez, quería abrazarlo y no despegarme de él jamás. Di un paso haciendo que me soltara y pase mis manos por aquellas calientes lapidas, mientras por mi mente como una película de recuerdos, pasaban nuestras aventuras juntos, como nos conocimos, el primer beso de ambos donde estuve presente, las lágrimas cuando peleaban sus gritos, sus risas, sus borracheras, sus voces, sus palabras, cerré un segundo mis ojos mientras en mi mente aparecían sus rostros jóvenes, vivos, alegres, enérgicos y que me miraban con esa dulzura que desbordaba amor, muy en el fondo sabía que no era una despedida era un hasta luego, mas adelante me los encontraría en algún lugar inexistente, pase ambas manos por mi cabello, mientras respiraba hondo para no llorar.

El lado Oscuro de Dante (COMPLETA) (Trilogia II : Las letras del deseo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora