Lucha

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- Buenos dias Señorita De Leroy-. Aquel mulato me dedico una hermosa sonrisa al entrar a la habitación.

- Dígame Tita. Joder, Titania odio que me llamen, doña, señora, señorita... off

- Bueno Tita... Hoy te inyectare la primera, ahorita te llevaremos a realizarte unos exámenes y.... ¿La rubia?-. Estalle en risas al oírlo.

- Mucha carne para su tenedor, Doc. - este alzo una ceja y sonrió. - ¿Cubano?

- ¿Se nota?

- No se ven muchos mulatos por aquí, su acento disimulado lo delata-. Me encojo de hombros-. Tenga cuidado esa rubia es candela. - dije riendo cuando entro la enfermera que me ayudo a sentarme en una silla de rueda que traía.

- ¿Asustada?-. Me pregunto la misma mientras me sacaba de la habitación por el pasillo, no sin antes me dieran una gorra y me ayudaran a colocarme una capucha, como siempre disimulando.

- Como si fuera a perder la virginidad-. Este estallo en risas a espaldas de mí.

- ¿Siempre esta así de buen humor?

- Como le dije una vez a mí esposo: Hay que verle el lado chistoso a todo, de una u otra manera es la mejor manera de sobrellevar todo.

- Eso es una manera de una u otra manera. - concluyo.

Aquel lugar era muy callado, realmente vacio, más que tranquilo era desolado. Lugares por donde pasaban personas, lugares donde había historias, comenzaban y acaba. UN lugar que era como el arena de una playa, las huellas se marcaban eran vistas unos segundos y en otros desaparecían.

Desde la muerte de mi hermanos y padres, odiaba los hospitales, les tenia terror, incluso les huía, ese olor a nuevo, a funeral a desolado lo detestaba... eran tan desolado, tan triste, tan silencioso.

Con cuidado entramos a un ascensor, era bastante grande, nos mantuvimos en silencio a medida que se marcaba un piso, sentía un vacio incomprensible en el estomago, íbamos por el piso 12 y las manos me temblaban. A cada piso, pensaba en algo peor, en algo que habia hecho mal y ahora pagaba por ello.

Piso 1- por jugar con los sentimientos de tantas personas

Piso 2- Por golpear a tanta gente sin contemplación

Piso 3 – por mi egocentrismo y egoísmo

Piso 4 - por tantas mentiras aun para mantenerme en el anonimato

Piso 5 - por todas aquellas veces en que le grite a la gente sin razón

Piso 6- por no haberme devuelto cuando Christ me dio esa carta.

Piso 7- por haber hecho que Christ y Harold se devolvieran ese día en su auto, por mi irresponsabilidad.

Piso 8- por todas aquellas veces que hice llorar a mi madre por mis adicciones.

Piso 9- por todas aquellas veces que le hice creer a Carla que no me importaba su vida.

Piso 10- Por no haberle dicho a Dante lo de Lauro y haberle roto el corazón de alguna u otra manera.

Piso 11 – Por no haberle agradecido jamás a Claudio ser el padre que se habia vuelto conmigo.

Piso 12 - Por creerme tan ruda y vivir en mi caparazón sin dejar que nadie entre.

Piso 13 - Por saber que jamás cambiare y seguiré haciendo todo sucesivamente.

-Te ves muy nerviosa-. Musito la enfermera a mis espaldas

El lado Oscuro de Dante (COMPLETA) (Trilogia II : Las letras del deseo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora