Peleas clandestinas

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- Explícame un poco mas...- anuncie mirando a Breu, al siguiente día en el bar donde lo habíamos conocido ya mas descubierto por el sol, en un ambiente más familiar y poquitas personas alrededor, este estaba vestido deportivo. Me estiraba pues me hallaba sumamente cansada luego de que nos habia traído después de la cena la noche anterior. - ¿Que quieres que haga por ti?-. Pregunte tomando un poco de jugo de naranja, mientras escuchaba a Carla discutir por teléfono con alguien, lo cual Breu también se dio cuenta y llevaba dias en eso, por su parte Alba revisaba algo en su laptop pero oía lo que Breu diría.

- Listo-. Dijo Carla al colgar y voltee a verla con cara de pocos amigos.- ¿En qué nos quedamos?-. Pregunto intentando disimular su ira.

- ¿algún problema?-. Le pregunto Breu y esta negó varias veces, queriendo evitar el tema. - si es así, puedo ayudarte.

- Que amable-. Musito alba y luego lo miro sonriendo.- la gente como tú nunca hace nada sin tener algo a cambio.

- ¿la gente como yo?-. Pregunto fingiendo sentirse herido- estoy catalogado, ahora... me acabas de romper el corazón-. Dijo con sarcasmo y solté una sonrisa notable pero aun así Carla no se reía y lo notaba.

- ¿tienes corazón?-. Pregunto Alba divertida y negó sonriendo.

- Bueno chicas-. Este se cruzo de brazos y me observo, bajando la voz- mañana comienza el Word fighter. Solo necesito que pelees 2 batallas por mí. Yo no quiero el campeonato pero, tengo 2 apuestas que debo ganar...

- ¿apuestas?, si se gana el campeonato, ¿de cuánto billete hablamos?-. Pregunto Carla.

- Unos 30.000 dólares. - todas abrimos la boca sorprendida.- aposte contra 2 familias con las que tengo negocio, yo jamás pierdo y tu-. Me miro fijo- harás que no pierda.

- No estés tan seguro, Breu. Tampoco es que soy rambo-. Admití tomando un pedazo de fresa del plato de él y masticándolo- tengo mucho sin entrenar o practicar. Sin pelear ni te imaginas. Esas mujeres deben tener semanas o meses, en forma, activas.

- A mí no me importa, yo cumpliré mi parte. Tu cumplirás la tuya así debas inyectarte superpoderes-. Murmuro mirando a Carla que seguía revisando su teléfono. Pues yo también me habia percatado. Solté un leve gruñido que todos se percataron y Carla alzo su vista encontrándose con mi mirada fija en ella y guardo su teléfono.

- Bien.

- Con Venus, que está con los De La Rosa, son unos narcos del sur de Colombia y por ultimo con Sashary- este sonrió- es la campeona actual y esta con La pelirroja, ya sabes, Scarlett-. Aquello me hizo sonreír.- y seguramente con Los Leroy.

- está bien Breu, peleare para los De Lacryx.

Mire nuevamente de reojo a Carla y negué terminando de desayunarme el plato de Breu quien no dijo nada y solo estaba pendiente al igual que yo de Carla. Algo le sucedía y poco a poco no podía evitarlo.

Mas tardar ese mismo día en la tarde estábamos las tres en nuestra suite, el día pasaba súper rápido, en un parpadear ya comenzaba a oscurecer como si la noche nos absorbiera en aquella ciudad. Rápidamente por la prensa se supo que andaba en Las Vegas de vacaciones y poco a poco debía cuidarme de los fans y uno que otro reportero o fotógrafo entrometido en lo cual me ayudo Breu. Ese mismo día hable rápidamente con mi médico cubano, pidiéndole que me recetara algún tipo de energizarte, porque consecuencia de las inyecciones comenzaba a tener somnolencia por cualquier cosa y cansancio, un cansancio que me incapacitaba en ocasiones y necesitaba evitar. Este se negó pero al final acepto mi petición.

Esa misma noche, me estaba preparando psicológicamente, mientras caminaba por los pasillos de la farmacia, haciendo un mercado de pastillas, creo que seguramente me metería una sobredosis de algo para mantenerme activa, pero como aquí en Las Vegas todo era legal, incluso vendían la marihuana por bolsa, una verdadera locura. Carla discutía por teléfono. Así que salió fuera del lugar y yo solo seguía callada con Alba mientras ambas buscábamos algo y leíamos las pastillas. Ambas sabíamos que a Carla le sucedía algo pero no nos atrevíamos a preguntar incluso yo, quien era la más intrépida de todas.

El lado Oscuro de Dante (COMPLETA) (Trilogia II : Las letras del deseo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora