Apuestas

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Dante

EL sonido era ensordecedor, uno, otro, trago mas. Los vasos se aglomeraban en mi barra mientras el rugido de los motores, se hacía cada vez mayor a lo lejos, me di vuelta mirando los autos, que competían, en aquellas festivas y lujosas calles, las mujeres eran el delirio de cualquier hombre la perdición, en su máxima expresión, hermosas, sensuales, deliciosas. Y yo aquí, muriendo a tragos pensando donde diablos estaría metida mi esposa.

Lance los billetes sobre la inmensa mesa de póker.

- Diez mil grandes al lamborghini aventador negro-. Sonreí mirando a la mujer frente a mí, su pelo rojo siempre me habia encantado, tenía un vestido negro corto, de esos que ella sabía que me encantaba romper, sus ojos verdes eran enigmáticos, pero a diferencia de como los veía antes con amor, solo esos opacos ojos me recordaban a los brillantes ojos de Tita, quien no salía de mi jodida cabeza, en semanas.

Necesitaba sacarla de allí.

- Doce mil grandes al lamborghini murciélago azul-. Musito Scarlett mirándome. Perfecto, victoria segura, era lo malo de no saber mucho de autos, le dabas el premio al más inteligente y preparado, la música era suave, pero apropiada, habían mesas de póker debajo de aquel inmenso techo que habia, era un enorme toldo, elegante que nos dejaba a la vista de la inmensa pista donde salían y entraban autos.

Era una pista enorme, que apenas se veía el final y el mismo daba una vuelta para retornar.

Las mujeres movían sus caderas montadas en algunas mesas. El licor, las drogas, la avaricia, las grandes transacciones corrían de mesa en mesa, en la mía solo estábamos, Scarlett, Gabriel, dos socios mas y yo, mientras mirábamos a los conductores con mas pelotas en el planeta correr aquella pista en sus monstruosas naves.

Mire por enésima vez, mi teléfono inquieto, mientras llevaba aquel vaso de whisky a mi boca sintiendo el licor quemarme la garganta cuando un disparo anuncio el comienzo alce mi vista viendo como todos veían aquellos dos autos arrancar con ira, Gabriel tenía en sus piernas a una hermosa, rubia cruce miradas con él, sonriendo apenas. Los últimos dias se habían acostado como con veinte mujeres diferentes todas rubias, pelo corto, al parecer Alba se habia robado más que solo los gemidos de mi mejor amigo. En cambio yo no pude tocar ni una sola mujer, incluso Scarlett quien era mi perdición desnuda, no pudo provocarme un mal pensamiento, aquel encuentro no paso más de unos besos. La gente comenzó a gritar despertándome de mi hilo de pensamientos cuando los autos venían de retorno como lo espere el Aventador, repaso en milésimas de segundo al murciélago y Scarlett volteo a verme con esa sonrisa tan encantadora que mataría a cualquier hombre.

- Nunca pierdo...- Musite mientras guardaban en una maleta de mano todo el dinero pasándomelo con cuidado, que tome con firmeza terminando mi último trago, mire a Gabriel levantarse e irse igual. Escuche cuando anunciaron por el micrófono una última carrera, un Volvo contra un Hennessey Venom GT, mi sonrisa se ilumino dándome vuelta para alejarme ante el recuerdo de mi esposa y su ostentoso auto, diría acostumbrarme a decir ex- esposa, ya que la habia dejado en el peor momento de su vida y no tenia ánimos de regresar, no porque no la amara, sino porque la amaba tanto que no podía permitirme dañar su vida, con mi estilo de vida el cual tampoco podía dejar.

- Dante, apostemos este ultimo. Seguro podre ganarte. Todo o nada.- susurro Scarlett. !Dios estaba rodeada de apostadoras compulsivas¡

- No te alcanza el dinero-. Anuncio Gabriel mientras aquella rubia le rodaba con los brazos por la cintura. Sonreí evidente.

- Es más te dejare ganar-. Dije y saque una paca de billete lanzándola sobre la mesa, vi como frunció el ceño, ante mi ataque de egocentrismo- Apuesto al Volvo, cinco mil grandes.

El lado Oscuro de Dante (COMPLETA) (Trilogia II : Las letras del deseo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora