Vida y muerte

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El sol golpeaba mi rostro, me removí en las sabanas cuando un peso en mi espalda, hizo que mis pechos presionaran contra la el colchón haciendo que soltara un bufido de dolor.

- Mueve el culo-. Escuche un gruñido bajo reconociendo la voz de Alba, bostece bufando pero no moví ni un dedo.

- Bájate o me romperás la columna rubia.

- A levantarse bomba sexy, es un nuevo día.- escuche y como afincaba sus nalgas en mi espalda. Menuda culona insoportable.

- ¿Qué hora es?-. Pregunte restregándome los ojos apenas abriendo uno topándome con la luz del sol pegándome en la vista lo cual me hizo arrugar el gesto.

- Las 7 am, arriba mujer.

- ¡¿Que!?-. Dije soltando un quejido me removí inquieta tumbándola a un lado mío, sentí su cabello pegarme en la cara- Anda a joder, no me jodas el sueño. Lo odio.- chille dándome vuelta.

- ¿No decías que amabas los mañaneros?- al oírla me voltee mirándola de reojo.

- ¿Acaso me darás un oral?-. La risa de Alba resoplo fuertemente.

- Tú y tus orales.

- Amo los orales, los mañaneros. Bendito sea el creador del sexo oral. Amén.

- Amen...- hizo una pausa mientras yo me enrollaba aun mas en mis sabanas y me acurrucaba contra ella pegando mi mejilla de su hombro. - Dante me llamo esta madrugada.

- ¿Ah sí?, ¿Que te dijo?-. Pregunte aun sabiendo la respuesta, recordando el trago amargo de hace unas horas atrás.

- Que debía viajar y que me viniera unos dias contigo.

- ¿Mi ahijada?

- Se la ha llevado mi madre de viaje a Brasil.

- Que vida tan dura la de los ricos.

- Hablas como sino tuvieras dinero, descarada. - bótese.

- ¿Gabriel?-. Pregunte ya con los ojos abiertos mirando por la ventana. Quizás perdida en mi misma, pensando que Dante se habia ido, no sabía a dónde ni a qué.

- Ni idea, me daba mala espina, me encanta pero tiene algo que me exaspera. Aunque dios me muero por saber de él.

- Casualidades de la vida-. Dije alzando la cabeza mirándola este alzo una ceja y me dedico una sonrisa de esas maliciosas que yo misma sabia.

-Averiguamos...

- Eso no se pregunta querida rubia.- musite para luego besar su mejilla y lamberla pasando mi lengua humedad por todo su cachete, esta grito y me levante de un salto encerrándome en el baño riendo, pero en ese instante cuando cerré la puerta del baño, sentí un mareo que me hizo temblar y sostenerme de la manilla del baño abriendo de tiro nuevamente la puerta.

En ese segundo pude ver varias cosas al mismo tiempo, una de ellas era que sentía como se me bajaba la tensión y todo comenzaba a oscurecerse, mis piernas desfallecían , como si me traicionaran, sentía un vacio increíble en el estomago, una fugaz visión del rostro de Alba sonriente pasar a pálido, casi adolorido desfalleciendo y como escuchaba que me llamaba a lo lejos ya que los oídos me zumbaban y yo estaba entrando en algún sueño al que no quería entrar siendo así como las tinieblas se apoderaban de mi claro día, dejándome así en simplemente una noche sin estrellas, sin sueños, simplemente una oscuridad agonizante y solitaria.

En aquellas tinieblas escuchaba sonidos secos, como si se trataran de murmullos o quizás era algún viento chocando contra alguna ventana, ¿Donde estaba?, ¿Donde estaban todos?, esta clase de oscuridad era vacía no me agradaba. Intente parpadear con fuerza varias veces como si de un mal sueño se tratara logrando así que una pequeña fibra de luz golpeara mis parpados y ahora luchando para que esa vista se aclarara, al lograrlo me tope con un techo blanco con un reflector, una lámpara muy elegante y parpadee varias veces, mientras varias lagrimas se escapaban de mis ojos, ¿Lloraba? O ¿Solo estaba lastimada por aquella luz? Intente restregarme los ojos con las manos, pero las sentía pesadas, incomodas, baje mi vista a mi cuerpo y pude entenderlo mejor, era un lugar de paredes blancas, luz tenue habia un televisor frente a mi cama, muebles elegantes, tenia vías en las muñecas pero eso no llamo mi atención, mi atención cayó en una mano que me retenía de no tocarme los ojos alce mi vista para ver aquella cabellera rubia y dos ojos verdes hermosos llenos de lagrimas, junto a una despampanante sonrisa que me miraba. Alba estaba a un lado de mi cama, su rostro era una mezcla de terror, risa, miedo, ni sabía cómo describirlo.

El lado Oscuro de Dante (COMPLETA) (Trilogia II : Las letras del deseo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora