Aquella mañana, me levante con sumo malestar, tanto que a diferencia de mucho tiempo, tuve que correr al baño a vomitar, entre vómitos y eructos parte gran parte de la mañana en eso, tanto así, que Inés me preparo un té de esos con sabor a demonio para ver si se me calmaba aquellas nauseas.
- ¿Nada hija?-. me pregunta Inés mirándome preocupada y negué tomando las llaves de mi auto y mi cartera.
- No. iré al médico, no quiero descuidarme, además me preocupa tener alguna recaída-. Admití observándola mientras me acercaba a ella y besaba su frente-.. está bien. Cualquier cosa yo te aviso. No le digas nada a las chicas.
Al salir de casan el frio me golpeo el rostro y solté un suspiro estremecedor tenía un mal palpito, una mala señal y eso no era bueno.
Al subirme al auto, el vomito era insoportable pero cuando abrí la puerta para vomitar, solo eran simples nauseas, volví a cerrar la puerta y prendí el auto conduciendo, con lentitud ya que no quería crear algún accidente de tránsito.
¿Por qué me siento tan mal?, ¿El cáncer habia vuelto?, Ay no....
No podían joderme con lo mismo, no de nuevo. Pero no podía engañarme, habia posibilidades de que el cáncer regresara, era normal en algunos casos como el mío, no en la misma zona pero si en alguno zona similar.
Nada más de pensarlo las manos me temblaban contra el volante ya con los nudillos blancos de tanto apretar el volante.
Conducía con sumo cuidado, mire por el retrovisor y venían pocos autos, detrás de mi, acelere un poco más para no crear mucho transito.
Al llegar al hospital, estaciones donde pude el auto y me coloque una capucha y lentes evitando toparme con alguna personas de prensa.
- Disculpe-. Llame la atención de una de las chicas de recepción-. Necesito ver a la doctora Reyes.
- ¿Tiene cita?
- NO. pero soy trasmitida por el doctor Pujols en caso oncológico. Necesito verla es urgente-. Aquella chica se veía muy curiosa intentando ver más allá de mis lentes y capucha. Tomo su teléfono y la oí comunicarse con la supuesta secretaria de aquella doctora.
-Piso 8, cubículo 13.
Asentí y me encamine hacia el piso 8, subí con varios enfermeros, al salir del ascensor, literalmente corrí al cubículo 13, para toparme con la doctora, una mujer baja, con rostro ovalado, cejas gruesas y ojos negros apagados, morenaza subida de peso, que al verme me sonrió como si me alguna vez me hubiera atendido, cuando esta era la primera vez que la observaba.
- Sra. De Leroy, pase a mi consultorio-. Pidió, dejando ir a su paciente y colocando una mano en mi espalda, guiándome por su consultorio, pasándole a un lado a su secretaria quien miraba distraída el monitor de su computadora. Esta me sentó frente a su oficina, que estaba sumamente ordenada. No me concentre en mirar otra cosa que no fueran sus ojos apagados- Cuénteme. ¿Qué sucede?
Y-
-Yo...- Tartamudee y esta se percato de cómo me temblaban las manos.
- Primero cálmate. ¿Deseas un tranquilizante?, te veo muy alterada. Respira hondo-. Pidió con amabilidad, lo cual hice tal cual.
- Bien- dije ya más tranquila luego de respirar por unos minutos y concentrarme en tranquilizarme -. llevo dias, con nauseas, vómitos, mareos y malestar... ¿Puede ser consecuencia del tratamiento experimental?-. Pregunte más preocupada de lo que no habia estado en semanas. Habia otra razón que sospechaba y quería que ella me la confirmara.
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El lado Oscuro de Dante (COMPLETA) (Trilogia II : Las letras del deseo)
RomantizmSegunda parte de la trilogía, Las letras del deseo. sinopsis Dante, había decidido a mantenerse alejado completamente del amor, viviendo una vida de solo placeres hasta que conoce a Titania con la cual tiene una desgarradora relación de sexo, libe...