El lado Oscuro de Dante (COMPLETA) (Trilogia II : Las letras del deseo)

Nuevos comienzos

Diciembre llego y aquí en mi tierra, con su mejor ambiente. El oído de las gaitas se hacían sonar a donde fuera, los niños transpiraban un aire festivo, las casas se vestían con sus humildes fachadas decembrinas, así paso aquí en casa, todas corríamos con el árbol, las hallacas, Alba llego con mi sobrina quien corrió a abrazar a la niña de Alba Y ambas corrían como cabras por toda la casa.

Se respiraba un aire súper distinto, alegre animado, aunque yo en realidad no podría sobrellevar la nueva noticia, los cambios y la nueva lucha que debía emprender.

La vida en ocasiones es eso, una lucha constante, nuevas tareas y un sin fin.

Jama encontramos la felicidad, la vida se basa en busca de ella. Sobrellevando, las decepciones, desamores, caídas, depresiones, alegrías, éxitos y sueños nuevos.

Pero, ahora... No era yo sola, éramos dos personas en este viaje...

Todo el mes, fue de puras compras, de regalos por aquí regalos por allá. Mientras algunos síntomas se hacían presentes. Así que tuve que ir al médico porque habían mareos, vómitos y demas... por suerte no era nada similar al cáncer, pero si una noticia que nuevamente me estremeció la vida.

El 24 de diciembre fue una noche especial, una noche de locura. Las luces adornaban toda la sala, brillaban miles de colores, el árbol ocupaba gran parte de la sala que estaba llena de puras mujeres, mi hermana, Sobrinas y Alba... Estuvimos toda la tarde cocinando, hallacas, pollo al horno. Dulces, pasteles una comida para un batallón cuando éramos muy pocas. Los regalos fue lo más hermoso, pues alumbraron las sonrisas en el rostro de las niñas, quienes corrían por la casa con muñecas, ropa y juguetes nuevos.

Aunque aquí no caía nieve como en mi anterior ciudad y casa, el frio era notable. Tuve que darle a Carla mi teléfono para no llamar a Dante de ninguna forma, extrañaba terriblemente a Lucy quien me mandaba saludos con las chicas. Esas necesidades de saber de Dante me atormentaban pero no podían hacer mas, el tampoco hacia su esfuerzo. Llevaba semanas sin saber de él, desde que lo habia decidido la última vez que hablamos, luego supe que habia vuelto y solo estaba aquí por cuestiones de las empresas Leroy y no porque venía a buscarme.

Y así fueron pasando los dias, unos más tristes que otros, otros más animados, en realidad comenzaba a distraerme a causa de todo los preparativos para la bienvenida de año nuevo.

- Arriba, Tita- escuche un par de voces chillones y me retorcí en las sabanas, hasta que sentí el colchón hundirse a causa de las niñas Saltando en el colchón sobre mí, sentí sus frágiles brazos pegarme en las piernas.

- ¡Fuera!- musite tapándome la cabeza con la almohada. - ¿Qué hora es?

- las 6 am. Arriba Ogra- escuche la voz de Carla, desde algún lado de la habitación, me quite la almohada volteándome a verla.

- ¿Para qué coño me llamas a las 6 am, estas fumada?- escuche la risas de las niñas y esta se encogió de hombros.

- hay que preparar todo hoy... Al supermercado. Al que madruga dios le ayuda.

- Yupi- apenas dije casi sin una pizca de ánimo y soltando un bostezo- fuera de mi cama enanas- gruñí a las dos y estas salieron corriendo con sus estruendosas risas. - joder, ¿No pueden ser mas bullosas?

- Acostúmbrate...

Sin ánimos me estire en la cama y fui a asearme. Colocándome una crop top blanco, gorro negro, de esos que se usan para el frio, un pantalón negro y botines blancos cómodos y maquillaje suave. Al bajar estaban todas ya activas y Carla tomando las llaves.

- Ustedes son la muerte- bufe caminando al comedor tomando un vaso de Jugo- por lo menos Dante no hacia tanta bulla - admití recordando y todas rieron. Alba aun estaba en pijama pero Carla, tenía un hermoso vestido halago con un estampado animal print hermoso y altos tacones de aguja negros. Todo lo. Contrario a mí, que estaba más urbana.