Conexiones

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Dante

Llevaba una y otra vez el agua a mi boca, intentando calmar las nauseas que tenia mientras me tomaba otra pastilla para el malestar.

- ¿Qué diablos?-. Me pregunto Gabriel al entrar a mi despecho y lo mire sombríamente-. Hubo una piñata aquí y no me invitaste-. Dijo con sarcasmo. Rodee los ojos y este camino hacia mi escritorio pisando los centenares de bolsas de gomitas, frituras, dulces, comida agridulce que me habia comido horas antes.

Mi oficina era un desastre, había bolsas de gomitas en los muebles en el piso en mi oficina bolsas de Doritos y otras frituras, papelillos de chocolate, potes de malteadas, incluso en esos dias ni trabajar habia podido. Cotufas dulces y salados en el piso.

Menuda mierda ni yo entendía que pasaba.

- Creo que tuve un arrebato.- admití acomodando mi cabeza del respaldo de mi asiento intentando conseguir tranquilidad, pero con Gabriel aquí imposible.

- Hermano-. Escuche una risa y lo mire observándolo, sonreír sorprendido-. ¿Antojo?-. Me pregunto y asentí bajando y subiendo la cabeza.

- Jamás me habia pasado. Esto es horrible vino la doctora y dijo que no tenía nada-. Explique respirando hondo-. Pero repentinamente me siento tan mal, nauseas, vomito, unas ganas de dulces y....

- Ay, campeón-. Grito Gabriel aplaudiendo y lo mire fijo-. Eso suena a barriga, próximo baby shower-. Rodee los ojos y bufe.

- ¿Estás queriendo decir que estoy embarazado?-. Pregunte como un imbécil-. Bah, en serio me siento mal, deja el fastidio y el juego.

-No, tarado-. Soltó tirándose en el sofá y tome otro poco de agua-. Hablo que...

-tita no puede tener hijos, quedar embarazada no puede-. Dije amargamente tanto que se que el pudo notarlo-. El cáncer debió afectar su vientre, no me hagas ilusiones.

-Pareciera que te doliera...

-Nada más me haría más feliz en este mundo que Arcadia me diera un hijo. Tendría un arranque y dejaría toda mierda tirada para desaparecer con ella y nuestro bebe pero-. Solté un suspiro, tomando una bolsa de gomitas de mi oficina-, no. en esta situación, no separados, no con tantas posibilidades de que alguien los lastime. Sé que a ella eso le afecta aunque jamás lo admitiría.

-¿Quién se atrevería a meterse con ella o contigo?, por favor...

-no me arriesgare a probarlo-. Admití.

-¿Por qué aun sigues teniendo esa actitud ostil con tita?, ¿Por qué no mostrarle este Dante que se preocupa por ella?, ¿Qué está totalmente enamorado de ella?, sigo sin entender. Aun ante todo lo que descubrió ella sigue allí, te ama y te ha dado una oportunidad de que decidas que hacer.

-Gabriel yo...- pase las manos por mi cabello-. Tengo miedo.

-Oh joder... oír eso es...- este se levanto caminando hacia mi escritorio- Wow...

-tengo miedo de que le haga algo por mi culpa. De que Leónidas se le acerque, de que la obligue a pelear para él, de que la crea la próxima Elizabeth De Leroy. Solo no quiero que salga herida de ninguna manera. Quiero su seguridad. Esto no es vida.

-Cualquiera quisiera tener tu poder, tu imperio...

-Pero yo no... Yo quería mi vida normal-. Explique con desespero, sintiendo que no me entendía-. No quería una vida ostentosa, lujosa, poderosa, de enemigos. De que aunque tenga mucho dinero no puedo estar tranquilo en mi casa, porque el miedo de que me llegue la mafia, asesinos o la policía me atormentara. De tener que vivir con escoltas y no tener privacidad. Tita descubrió a Daria y me lo hizo entender. Esto no es vida. Ya sin querer tita no puede tener una vida tranquila por mi culpa. Por eso te digo-. Volví a la carga-. Salte... coge escarmiento muchacho testarudo. Salte de esto.

El lado Oscuro de Dante (COMPLETA) (Trilogia II : Las letras del deseo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora