Capítulo 5 - Trato hecho

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No respondí aquellos mensajes, estaba asustada, era la primera vez que me chantajeaban de esa forma, ¡mi vida social está prácticamente siendo amenazada!, bueno, tampoco es que tenga muchos amigos, pero tal vez aún tengo la oportunidad de tenerlos y no quiero que se arruine todo por culpa de una estúpida chica con su estúpido celular y su estúpida foto donde parezco una estúpida. Primero necesitaba saber qué demonios quería de mí, así que opté por asistir a dicho encuentro.

Punto número cuatro de la lista odiosa: Levantarme temprano, es lo peor que le pueden hacer a un ser humano.

—Sigo sin entender por qué quiere que nos veamos a esta hora, como si amenazarme le llevara mucho tiempo — murmuré molesta por tener que haberme levantado antes de lo usual.

Hice lo que pude por arreglarme, no esperaba mucho de mí misma, aún estaba medio dormida y por más que traté, no pude cubrir las horrorosas ojeras de mi cara. Al terminar le avisé a mi mejor amiga que tenía asuntos pendientes y no podría irme con ella. Me dirigí hacia mi auto con la pequeña esperanza de no chocar y comencé a conducir hacia la escuela.

Tal y como había pensado, cuando llegué no se encontraba ni un alma además de la mía. Con las pocas energías que tenía, bajé del auto y me encaminé hacia el lugar citado.

Me senté en las gradas para esperar a la rubia. Se hicieron las 6:45am y empecé a sospechar que me había emplazado mucho antes de lo que ella planeaba aparecer.

Maldita zorra asquerosa.

Me recosté en uno de los peldaños liberando un largo bostezo, necesito dormir; solo un poquito más. Le agarré gusto a las dichas gradas, pues no tardé más de dos minutos en quedarme dormida.

—...ye —algo amenazaba con interrumpir mis horas de sueño.

—Oye — solo ignóralo y la cosa dejará de fastidiar .

—¡Levántate idiota! — Una voz aguda golpeó mi tímpano sin piedad.

—¡¿Qué demonios quieres?! ¡Déjame dormir de una jodida vez! — Grité dando un brinco del escalón en el que me encontraba sin importarme de quien se trataba.

—¡No puedes gritarme! — volvió a hablar la rubia, o a gritar más bien.

—¡Pues ya lo estoy haciendo! — respondí poniéndome de pie.

—¡Por si lo habías olvidado, aún conservo tu maldita foto, así que no, no puedes gritarme! — no pude objetar nada, me dejó sin palabras, solo me senté de nuevo cruzándome de brazos desviando la mirada — Mejor — mostró una sonrisa de superioridad.

Juro que cuando tenga la foto voy a matarla sin ninguna pizca de misericordia.

—Oye sé que tienes en mente lo de amenazarme y todo eso pero tengo clase a las 7:00 — Mierda, olvidé que tenía clase saqué mi teléfono para verificar la hora, eran las 7:15 y tenía dos llamadas perdidas de Nina — Maldita sea, voy tarde — dispuesta a correr hacia el aula me levanté rápidamente, con un poco de suerte el maestro se demoraría en llegar, pero enseguida la mano de la chica tomó mi muñeca con fuerza, deteniéndome en seco.

—No te puedes ir todavía — debió pensarlo antes de que se le ocurriera presentarse tan tarde.

—Primero que nada, tienes toda la culpa, y no lo niegues, nadie te manda a aparecer a éstas horas además de que hiciste que me levantara media hora antes para nada, de igual forma puedes decírmelo después, harás que me retrase más de lo que ya estoy — me solté de su agarre y emprendí hacia el salón lo más rápido que pude. al menos mi primera hora no es con Chris, dudo que me deje entrar tarde a su clase por segunda vez.

Ni locaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora